CONSIDERA UNA FALTA DE SENTIDO INSTITUCIONAL Y DEL ESTADO EL RECHAZO DEL CGCEE A LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS
Rodríguez-Ponga: “Se ha perdido la perspectiva de que es un consejo consultivo de la administración con respecto a las Cortes”
l diputado por el PP Rafael Rodríguez-Ponga, que tenía previsto comparecer ante el pleno del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE) el jueves por la tarde, acudió al mismo en las sesiones del miércoles por la mañana, alertado por el rechazo a la comparecencia de los grupos parlamentarios que se produjo al inicio del pleno.
l diputado por el PP Rafael Rodríguez-Ponga, que tenía previsto comparecer ante el pleno del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE) el jueves por la tarde, acudió al mismo en las sesiones del miércoles por la mañana, alertado por el rechazo a la comparecencia de los grupos parlamentarios que se produjo al inicio del pleno. “Me parece una falta de sentido del Estado y del sentido institucional muy grande y que se ha perdido la perspectiva de que es un Consejo consultivo de la Administración con respecto a las Cortes Generales y desde esa perspectiva especialmente ante unas elecciones”, opinó. “Para mí ha sido una gran sorpresa que hayan decidido que los grupos parlamentarios no hablen”, declaró, manifestando que desde su nueva condición de diputado tenía interés en acercarse al Consejo, cuyas sesiones ya había seguido en otras ocasiones como responsable de emigración del PP.
Apreció que ésta era una de “muchas anomalías” de este pleno, en el que también señaló la falta de turno de intervención de las comunidades autónomas y sobre el que valoró que el hecho mismo del período preelectoral en que se desarrolla lo enrarece todo un poco.
Declaró a la prensa que puede entender el malestar de muchos consejeros por la reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg), “como se puede entender el malestar de cualquier persona, de cualquier grupo social al que le aprueban una determinada ley que va en contra de sus deseos, de sus intereses o de sus ilusiones”. “Eso lo entiendo. Pero tengo un sentido institucional, un sentido muy claro del funcionamiento del Estado y de las formas de convivencia políticas. Si éstas se rompen porque ni siquiera se permite hablar a los representantes de los partidos políticos me parece muy fuerte”, añadió.
Ante el argumento de intentar evitar una confrontación entre los consejeros y los partidos políticos con el que se planteó el rechazo, observó que “a lo mejor es válido para muchos pero en el Congreso estamos habituados a confrontaciones y discrepancias; que eso forma parte del comportamiento normal”.
El CGCEE y el Congreso
Apuntó como otra anomalía el hecho de que el CGCEE no haya comparecido en el Congreso frente a lo que dice el Estatuto. “Habrá que preguntarse a qué se debe eso y cuál es esa separación entre las Cortes Generales como representantes de la soberanía popular frente a este Consejo y cuáles son los responsables de que eso haya sucedido”.
Rodríguez-Ponga explicó que el mensaje que iba a llevar al Consejo era sencillo, con un comentario sobre su involucración personal en el mundo de la emigración a través de la política y una reflexión sobre el propio Consejo en la Administración española “para que sea un Consejo más útil y eficaz, no encerrado en los mismos problemas, porque eso acaba agotándose en sí mismo y quizá es parte del problema del Consejo y de la falta de comunicación con las instituciones”. “No venía a hacer un programa electoral ni mucho menos ni a hacer promesas geniales que luego no se van a cumplir porque ni es mi estilo ni es lo que yo quería pero sí al menos dejar claras algunas cosas en relación con el compromiso del PP con el exterior, la necesidad de superar la crisis económica para que ciertos recortes que ha habido se puedan superar y se puedan mejorar la atención a los españoles en el exterior, para lo cual es imprescindible una buena política económica y social porque sin eso no van a ser posible muchas de las cosas que se han planteado”, explicó.
En cuanto a la posibilidad que propugna un informe del Ministerio de Asuntos Exteriores de revisar la reforma de la Loreg, dijo que tendría que estudiar la letra pequeña, “porque en todo esto hay mucha letra pequeña”. “No vale decir una reforma en tal o cual sentido. Se plantea el voto electrónico, pero el voto electrónico tiene mil dificultades y cuestiones; se plantea el voto en urna pero a la hora de implementarlo se plantean también un motón de problemas. No se trata de tomar decisiones a lo grande que a la hora de la verdad no se pueden realizar, hay que plantear las cosas de una forma muy serena, clara, abierta y franca y esto ahora va en sentido contrario, ni siquiera se puede hablar ni plantear nada”.
Además, dijo echar de menos también lo que los consejeros tuviesen que decir. “A mí como diputado en este momento también me gustaría escuchar, saberlo, ¿qué puede ser incómodo?, ya lo doy por sabido, en el Congreso hay muchas cosas incómodas, discrepancias, a veces debates muy agrios, esa es la belleza de la democracia y el pluralismo que tenemos”.
“No quiero ser excesivamente crítico, pero creo que esto se ha llevado mal, esto no podía haber sucedido. Es la primera vez en no sé cuantos años que los grupos parlamentarios no intervienen; era uno de los elementos habituales y de la riqueza del Consejo”, añadió.
Apreció que ésta era una de “muchas anomalías” de este pleno, en el que también señaló la falta de turno de intervención de las comunidades autónomas y sobre el que valoró que el hecho mismo del período preelectoral en que se desarrolla lo enrarece todo un poco.
Declaró a la prensa que puede entender el malestar de muchos consejeros por la reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg), “como se puede entender el malestar de cualquier persona, de cualquier grupo social al que le aprueban una determinada ley que va en contra de sus deseos, de sus intereses o de sus ilusiones”. “Eso lo entiendo. Pero tengo un sentido institucional, un sentido muy claro del funcionamiento del Estado y de las formas de convivencia políticas. Si éstas se rompen porque ni siquiera se permite hablar a los representantes de los partidos políticos me parece muy fuerte”, añadió.
Ante el argumento de intentar evitar una confrontación entre los consejeros y los partidos políticos con el que se planteó el rechazo, observó que “a lo mejor es válido para muchos pero en el Congreso estamos habituados a confrontaciones y discrepancias; que eso forma parte del comportamiento normal”.
El CGCEE y el Congreso
Apuntó como otra anomalía el hecho de que el CGCEE no haya comparecido en el Congreso frente a lo que dice el Estatuto. “Habrá que preguntarse a qué se debe eso y cuál es esa separación entre las Cortes Generales como representantes de la soberanía popular frente a este Consejo y cuáles son los responsables de que eso haya sucedido”.
Rodríguez-Ponga explicó que el mensaje que iba a llevar al Consejo era sencillo, con un comentario sobre su involucración personal en el mundo de la emigración a través de la política y una reflexión sobre el propio Consejo en la Administración española “para que sea un Consejo más útil y eficaz, no encerrado en los mismos problemas, porque eso acaba agotándose en sí mismo y quizá es parte del problema del Consejo y de la falta de comunicación con las instituciones”. “No venía a hacer un programa electoral ni mucho menos ni a hacer promesas geniales que luego no se van a cumplir porque ni es mi estilo ni es lo que yo quería pero sí al menos dejar claras algunas cosas en relación con el compromiso del PP con el exterior, la necesidad de superar la crisis económica para que ciertos recortes que ha habido se puedan superar y se puedan mejorar la atención a los españoles en el exterior, para lo cual es imprescindible una buena política económica y social porque sin eso no van a ser posible muchas de las cosas que se han planteado”, explicó.
En cuanto a la posibilidad que propugna un informe del Ministerio de Asuntos Exteriores de revisar la reforma de la Loreg, dijo que tendría que estudiar la letra pequeña, “porque en todo esto hay mucha letra pequeña”. “No vale decir una reforma en tal o cual sentido. Se plantea el voto electrónico, pero el voto electrónico tiene mil dificultades y cuestiones; se plantea el voto en urna pero a la hora de implementarlo se plantean también un motón de problemas. No se trata de tomar decisiones a lo grande que a la hora de la verdad no se pueden realizar, hay que plantear las cosas de una forma muy serena, clara, abierta y franca y esto ahora va en sentido contrario, ni siquiera se puede hablar ni plantear nada”.
Además, dijo echar de menos también lo que los consejeros tuviesen que decir. “A mí como diputado en este momento también me gustaría escuchar, saberlo, ¿qué puede ser incómodo?, ya lo doy por sabido, en el Congreso hay muchas cosas incómodas, discrepancias, a veces debates muy agrios, esa es la belleza de la democracia y el pluralismo que tenemos”.
“No quiero ser excesivamente crítico, pero creo que esto se ha llevado mal, esto no podía haber sucedido. Es la primera vez en no sé cuantos años que los grupos parlamentarios no intervienen; era uno de los elementos habituales y de la riqueza del Consejo”, añadió.