La presidenta del Hospital Español de Buenos Aires hace balance positivo de los últimos avances
Mariana Ruiz, Buenos Aires
Luego de la renuncia del presidente del Hospital Español de Buenos Aires, la conducción de la entidad recayó, por primera vez en su historia, en una mujer, la doctora Elma Espisúa, hasta ese momento vicepresidenta primera del Directorio. Cabe recordar que Ramón Carballo, encabezando la lista, y Elma Espisúa, como vicepresidenta primera, habían obtenido el triunfo en los comicios de 2007, para la renovación de autoridades, con 585 votos.
La nómina de la comisión directiva que encabezaba Carballo Tudela estaba conformada, además, por Félix Arnaldo Puente, como vicepresidente segundo y los vocales titulares: Gustavo Pol, Antonio Domínguez, Julio Fernando, José Luis López, Fernando Morlesin, Mariano Martínez, Jovino Fernández, Juan Núñez García, Claudio Rodríguez, Juan María Coria y Olegario Álvarez.
Poco antes de dejar su cargo, Carballo había hecho un llamamiento a las autoridades argentinas y españolas, a las empresas hispano-argentinas y a la colectividad en general para acudir en ayuda del hospital que se hallaba, según sus propias palabras, en una “situación terminal”.
“Sin quererlo, con sus declaraciones –aseguró Espisúa– el ex presidente provocó una situación de pánico entre los proveedores que cortaron el crédito y suministros”. Además, señaló, causaron un distanciamiento en las relaciones con las máximas autoridades de España en Argentina.
Tras haber asumido la conducción de la entidad, Espisúa, que formó parte del equipo de profesionales médicos de la casa por más de 52 años, hizo un balance de los logros obtenidos hasta el momento.
En este sentido, la presidenta del Directorio del Hospital Español informó de que se consiguió restablecer las relaciones con la representación diplomática de España.
En materia de recursos humanos se contrató una consultora para calificar los nuevos ingresos. En cumplimiento del acuerdo con el sindicato se está realizando la incorporación programada de personal a relación de dependencia. Se está dotando de uniformes completos al personal de enfermería, maestranza y mucamas.
En el orden administrativo, se está cumpliendo –al día– con los pagos mensuales acordados en convocatoria de acreedores. Se acordó con los síndicos y abogados del concurso el pago de sus honorarios. Se está realizando un ordenamiento de todos los inmuebles que posee el hospital con la finalidad de analizar posibilidades concretas para la venta de algunas de ellas y destinar los recursos obtenidos a la baja de pasivo y la compra de equipos médicos. Se actualizaron los contratos terciarizados y se han unificado los valores prestacionales a terceros.
También se depuró la situación de las obras sociales e ingresaron nuevos contratos; entre ellos con compañías como OSDE, Healthy, Gessal, Care Life, Osperic, etc. Algunos de ellos todavía están en tratativas.
Por otra parte, se revisó el contrato de alquiler vigente entre el hospital y el Instituto Médico de Alta Complejidad (IMAC) para la recuperación del sector –esto se encuentra en proceso judicial– y se reajustó la cápita de PAMI. Se anularon bonificaciones a socios y se depuró el padrón.
Según informó Espisúa, en breve, se pondrá en marcha un programa de modernización del sistema administrativo y de control del hospital, que contempla la compra de nuevos equipos informáticos.
Se regularizaron las deudas con Telefónica, Metrogas y Edesur. Se restituyó el crédito con proveedores con plazos acordes al mercado y se firmó un convenio con la cámara de medicamentos genéricos.
En el orden médico, se ordenó la base de datos de la farmacia del hospital y se establecieron controles en los ‘stocks’ en farmacia, quirófano y almacenes. En breve, anunció la presidenta, se van a inaugurar los nuevos servicios de nefrología. Se recuperó el servicio de traumatología, que se había terciarizado, y se inauguró el nuevo servicio de urología y se compró una mesa de anestesia con oxicapnógrafo. Además se compraron equipos nuevos para ese sector de neonatología, que hasta ese momento se alquilaban ocasionando gastos importantes al hospital. En este sentido, se está evaluando la dotación de equipamiento en alquiler para su reemplazo por nuevo equipos a adquirir por sistema de ‘leasing’. Se puso en marcha un sistema de auditoría médica por medio del cual se implementaron mayores controles de gestión por medio de un seguimiento en base a estadísticas mensuales en los distintos centros de costos.
También se formaron contratos con dos empresas de ambulancias: Vital y Montesio, con la finalidad de mejorar la calidad de los servicios y los tiempos de traslados de pacientes.
Por último, la doctora Espisúa explicó que se acondicionaron las calderas y cañerías. Se colocó un transformador nuevo con un costo de U$s 40.500 y se renovaron las viejas conexiones de gas, por un valor de U$s 31.000. En relación a la ropería, se está ampliando el ‘stock’ de sábanas hasta contar con 11.000 unidades.
Se realizaron obras de mantenimiento en los pisos del 1º al 6º, en Torres Rioja y Belgrano con obras de albañilería, pintura, sábanas, cortinas, frazadas y colchones. Se repararon los baños y se compraron sillas para acompañantes. Se limpiaron los sótanos y se vendió la chatarra. Además, se compró una nueva cámara de frío para óbitos, se realizó una fumigación integral, se puso en condiciones el sistema de aire acondicionado de quirófanos y se recuperaron sillas de rueda para el traslado de pacientes.
En estos momentos, el Hospital recibe el apoyo de las comunidades de Andalucía y de Madrid que ofrecen atención sanitaria a sus respectivos colectivos residentes en Argentina, en situación de necesidad, a través de esta entidad hospitalaria. Con posterioridad, a la atención brindada las Comunidades abonan una cápita prevista en los convenios rubricados por el hospital y los gobiernos autonómicos.
Aunque la situación continúa siendo “delicada”, se están haciendo avances significativos, sostuvo la presidenta, quien agregó: “nuestra gestión no pasa por reclamar dinero al Gobierno de España o de Argentina sino por ir ajustando progresivamente el funcionamiento de la casa hasta hacerlo sostenible”.
Espisúa, que vivió las buenas épocas de este hospital fundado hace 159 años, confesó que sueña con que recupere el prestigio que una vez tuvo. “Muchos de sus profesionales –dijo– gozaron de gran reputación en el país y el exterior; nuestra meta es que el plantel médico –que hoy sufre cierto atraso salarial– recupere no sólo su poder adquisitivo sino también el espacio para poder desarrollarse científica y profesionalmente”.