EL PRESIDENTE DEL CGCEE CONFíA EN QUE LA NUEVA ORGANIZACIóN DEL CONSEJO AGILICE LA RESOLUCIóN DE OTROS TEMAS

Francisco Ruiz: “Va siendo hora de que se resuelva el problema del SOVI”

El reelegido presidente del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE), Francisco Ruiz, cree que este órgano ha entrado en una etapa de normalidad y que su nueva organización y forma de funcionamiento agilizarán la resolución de problemas puntuales de la colectividad española en un determinado país y permitirá al pleno del organismo centrarse en los grandes debates que cree que se avecinan. Entre ellos cita la reforma electoral y “la resolución del problema del SOVI de una vez para siempre porque el Estatuto indica que hay que resolver ese tema y va siendo hora de que se resuelva”.
Francisco Ruiz: “Va siendo hora de que se resuelva el problema del SOVI”
 Ruiz asegura que intentará comprometer más a la Administración en el cumplimiento de las resoluciones del CGCEE.
Ruiz asegura que intentará comprometer más a la Administración en el cumplimiento de las resoluciones del CGCEE.

El reelegido presidente del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE), Francisco Ruiz, cree que este órgano ha entrado en una etapa de normalidad y que su nueva organización y forma de funcionamiento agilizarán la resolución de problemas puntuales de la colectividad española en un determinado país y permitirá al pleno del organismo centrarse en los grandes debates que cree que se avecinan. Entre ellos cita la reforma electoral y “la resolución del problema del SOVI de una vez para siempre porque el Estatuto indica que hay que resolver ese tema y va siendo hora de que se resuelva”.

Ruiz fue reelegido el pasado día 14 como presidente del CGCEE con una amplia mayoría de votos –70 a favor, 13 en contra y 7 en blanco–, a mucha distancia del resultado de la votación con la que llegó a esta Presidencia hace más de dos años, que fue muy ajustado. Cree que el Consejo vive ahora un momento más relajado y que precisamente en la labor de estos dos últimos años está la clave de esa diferencia.
“En la reelección del presidente del Consejo en este período, después de haber tenido calma durante dos años y medio, no se podía esperar ninguna conflictividad. Pienso que ha sido una aceptación, que no una elección, de la propuesta del ministro muy normal, que algunos consejeros han votado al candidato propuesto por el ministro porque la normalidad es la normalidad y que cualquiera que hubiera sido el candidato del ministro en esta ocasión hubiera obtenido un apoyo más que suficiente en el Consejo General. Salimos de dos años y medio de obtener infinidad de cosas, que nunca en otros períodos ni en otros mandatos hemos podido obtener tan masivamente: la ley del Estatuto de la Ciudadanía Española en el Exterior, el Real Decreto que desarrolla esta ley en el punto del CGCEE, diferentes órdenes ministeriales que han sido informadas por el Consejo General...”, explica. Admite que como candidato estaba un poco inquieto y que “es un reto también para el presidente decir sí a la candidatura del ministro porque luego tiene que ser refrendada o no por los demás consejeros generales”.
“Había también otra incógnita, que era la participación de nuevos miembros como los representantes de las comunidades autónomas y de las ciudades autónomas, de las federaciones y confederaciones de asociaciones españolas, aumento de los repesentantes patronales y creo que había un poco de suspense”.


Compromiso
Desde su puesto, Ruiz dice comprometerse él e intentar comprometer más a la Administración en el cumplimiento de las resoluciones del CGCEE, para lo que cuenta también con la nueva estructura y sistema de funcionamiento de este órgano establecida en su Reglamento: la Comisión Permanente y las cuatro comisiones permanentes delegadas que quedaron constituidas en el último pleno y que van a funcionar en los períodos interplenarios.
Dice que el Reglamento del funcionamiento del Consejo que aprobó el pleno le deja “completamente satisfecho”. “Es un reglamento revolucionario si lo comparamos con la experiencia anterior, de veinte años de existencia del Consejo General, en los que cada vez que se proponía una comisión de seguimiento o una comisión que trabajase después de los plenos había muchos molinos de viento, muchos miedos”.
“Pienso que entramos en una época de normalidad”, reitera, observando que en la Comisión Permanente estará acompañado por el secretario del Consejo, que es el director general de la Ciudadanía Española en el Exterior, por los presidentes de las otras cuatro comisiones del Consejo y por tres consejeros elegidos por este órgano, por lo que considera que es “no solamente representativa sino algo que puede funcionar perfectamente bien, en beneficio de todos nosotros”.


Fluidez en la gestión
Con esta nueva estructura, explica, también se modifica el funconamiento del Consejo en el sentido de que las comisiones delegadas abordarán los temas globales que les son propios y que los problemas puntuales, particulares, que afectan a la colectividad española en un determinado país, tienen que encontrar solución a través de la Comisión Permanente, que será quien reciba todas las propuestas. “Habrá fluidez en la notificación a las diferentes administraciones para que estos problemas tengan una solución, iba a decir inmediata, por lo menos mucho más rápida que teniendo que pasar por el pleno y las comisiones”, expone, valorando que de esta forma además de agilizar la solución de determinadas cuestiones se evitará “entretenernos en pequeños problemas puntuales y atacar a los grandes debates” en el CGCEE.


Grandes debates
Entre esos grandes debates que piensa que el Consejo General tiene que abordar en el futuro inmediato cita “la nacionalidad y la resolución del problema del SOVI de una vez para siempre porque la propia Ley del Estatuto ya indica que hay que resolver ese tema y va siendo hora de que se resuelva, como el voto en urna y la modificación de la Ley Electoral, que está en una actualidad latente en el Congreso de los Diputados y que será objeto de la próxima comparecencia de la vicepresidenta del Gobierno”. “Es decir, el pleno tiene que cambiar  de sentido y los temas principales y globales tienen que ser analizados por las comisiones permanentes y las propuestas tienen que ser realizadas y adoptadas por el pleno pero partiendo de un estudio bastante importante en la comisión”, resume.
Antes, cuando reflexionaba sobre el considerable aumento de miembros que iba a tener el CGCEE, que se registró por primera vez en el reciente pleno, opinaba que el hecho de que el Consejo fuese tan numeroso iba a dificultar la tarea del presidente, con independencia de quién fuese. Sin embargo, a Ruiz se le vio dirigiendo los debates bastante más relajado que en otras ocasiones, algo que atribuye también “a la normalidad con la que ha empezado a trabajar el Consejo”.
Confiesa no obstante que días antes de que se celebrase el pleno, durante los trabajos preparatorios, visitó la sala en la que se iba a celebrar y no se veía dirigiendo “un plenario del que era difícil de ver el horizonte final, pues la sala era inmensa”, para albergar una gran mesa alrededor de la cual se iban a sentar más de ochenta personas.


La responsabilidad de los consejeros
Pero después, cuando llegó el momento, “comprendí que estábamos en un pleno normal, quizá  hice abstracción de esos miedos y eso me dio seguridad”. “Los consejeros me han ayudado muchísimo porque ha habido una disciplina bastante importante y no ha habido gran contestación. Me han respetado mucho en mis proposiciones, espero que así sea siempre; yo trataré de dar la palabra a todos los consejeros, porque necesitamos la aportación de todos y no sólo de unos cuantos, y de equilibrar el derecho que todos tienen a tomar la palabra para que todo el mundo se sienta confortable”, añade.
Además, Ruiz, que en su etapa anterior como consejero por Suiza criticó mucho que algunas administraciones ocupasen un lugar en el Consejo para después tener siempre su silla vacía, dice haber visto en esta ocasión algo que le ha impresionado y es “que durante el primer y segundo día rara vez había sillas vacías”, lo que “me ha confortado porque veía que no solamente yo era el que tenía que estar al frente del Consejo sino que cada uno estaba al frente de su propia responsabilidad, en su sitio, porque para eso habían ido, para trabajar y colaborar, y eso me ha dado mucho ánimo”.
Así las cosas, cree que los consejeros generales, en particular los que llevan tiempo en el Consejo son conscientes de que están en una nueva época de este organismo. “El hecho de tener a las comunidades y ciudades autónomas con nosotros, el hecho de que haya un aumento de la representación patronal, para hacer la equiparación con la representación sindical, el hecho de tener a  aquellos representantes que todavía no estaban en el Consejo pero que acudían como expertos, es decir, a los representantes de las federaciones de asociaciones, son cosas muy concretas que responsabilizan a todos y pienso que eso nos va a confortar a todos y nos va a ayudar a tomarlo en serio y a avanzar seriamente. Creo que cuando la Administración vea que esto funciona seriamente va a poner más atención que hasta ahora, y hasta ahora ha puesto bastante atención, a todo lo que sale del pleno del Consejo General”.