En Alemania la fábrica Adler –durante la Segunda Guerra Mundial– se ocupaba de producir, entre otros elementos, piezas destinadas a tanques y torpedos, en tanto que IBM era empleada de modo semejante, contribuyendo así a la fabricación de torpedos en Estados Unidos. Tanto en América como en Inglaterra las fábricas de máquinas de escribir se mantuvieron, por fortuna, intactas.