Opinión

Otegi en Venezuela

Imaginemos que Julia Arregi Gorrotxategi, cónyuge de Arnaldo Otegi Mondragón, va a Venezuela a entrevistarse con el presidente Nicolás Maduro Moro. Le dice que Arnaldo está preso pese a no cometer ningún acto delictivo y cumple una condena de 10 años que más tarde fue rebajada a 6 por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
También la señora Arregi Gorrotxtegi le cuenta a Maduro Moros que incluso el magistrado del Tribunal Supremo, Alberto Gumersindo Jorge Barreiro, expuso una serie de argumentos para defender la libre absolución sin cargos del dirigente vasco. Jorge Barreiro, le explica Julia Arregi a Nicolás Maduro, asegura que pese a mostrarse en contra del uso de la violencia, Otegi Mondragón nunca ha condenado a ETA y la Audiencia Nacional (AN) utilizó esta omisión para intentar compensar la debilidad de sus argumentos y condenarlo. Sin embargo, el Tribunal Constitucional (TC) dice que la no condena de ETA no es judicialmente un hecho incriminatorio (sentencia 126/2009).
Así que Maduro Moros ordena que Tarek William Saab Jalabi vaya al Estado español a defenderlo. La señora Julia Arregi Gorrotxegi es invitada a Unasur y éste órgano dicta una orden condenatoria contra España. Después, una procesión interminable de familiares de presos recorre los medios de comunicación venezolanos. Entre ellos Carlos Calvo Varela, condenado a 12 años por intentar poner unos petardos, o Héctor José Naia, condenado a 11 años de prisión por causar daños por 11.000 euros en una torre eléctrica en medio del monte.
Empiezan a llegar los preferentistas, los desahuciados por los bancos, los que no tienen asistencia sanitaria... todos quieren denunciar su situación de indefensión ante el Gobierno venezolano para que haga algo, que por cierto, no le corresponde hacer. En fin.