Opinión

Inmigración y mafias

Existe un acuerdo tácito, sobre todo entre la clase política y la sociedad española, de buscar culpables en cualquier sitio y por cualquier cosa.
El Estado español, que pasó de tener unos cuantos miles de marroquíes como inmigrantes a ser el país de la Unión Europea (UE) con el mayor porcentaje de marroquíes, todavía insiste, creo que un poco para la galería, en que existen mafias que, organizadas hasta un punto nunca visto, planean sobre cómo dejar en la miseria al continente africano, a Oriente Medio y a Iberoamérica, con la intención de matar de hambre a sus habitantes y obligarlos (porque quien emigra lo hace por obligación) a marcharse a España.
Ningún transportista de inmigrantes en patera, lancha rápida, batiscafo o submarino desde África a las costas españolas es un mafioso. Padece y sufre en el mismo continente y no se va a hacer millonario con esas idas y venidas.
Es hora que los europeos en general y los españoles en particular asuman que el hambre no se para con balas, ni muros, ni alambrado; que la inmigración es fruto de la necesidad y no de las mafias, y que todos los subsaharianos que durante años esperan poder saltar las vallas de púas y cuchillas de Melilla están condenados por nosotros mismos y no por ningún mafioso.