Opinión

Guerra de memorias

Después de una forzada invisibilidad y un más que forzado silencio, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero concedió una entrevista en un canal privado. Cuando después de meses y tomando en cuenta la situación del Estado español alguien como Rodríguez Zapatero es entrevistado, suponemos que tiene algo que decir.
Error. Fue al programa a decir por activa y por pasiva que no tenía nada que decir sobre determinadas preguntas, otras las redujo a respuestas llenas de lugares comunes y otras las anunció dentro del libro de memorias que viene escribiendo.
En un lugar de la mancha de cuyo nombre no quiero acordarme es la regla de oro de los libros de memorias de los políticos españoles. ¿De verdad hacían falta unas memorias de José Bono Martínez, José María Aznar López Alfonso Guerra González… así tal cual están escritas?
Se puso de moda, recientemente, entre los políticos españoles el escribirse a sí mismos o a los ‘compañeros’ de profesión. Antes fueron los óleos de decenas de miles de euros que adornaban los despachos del ‘anterior en el cargo’ ahora nadie es nada sin ‘memorias’. Lo triste es que poco aportan. Las recientes filtraciones de la segunda parte de las memorias de José María Aznar López, llenas de ‘detalles’ rocambolesco-texanos certifican una vez más que para escribir eso… mejor hubiese estado haciendo flexiones.
Sólo queda esperar por las de Rodríguez Zapatero, que según la entrevista concedida, pueden quedar a la altura de alguno de los más de 60 libros escritos por Manuel Fraga Iribarne.