Opinión

España-Venezuela, una nueva oportunidad

España-Venezuela, una nueva oportunidad

El nuevo Gobierno de España, de coalición de izquierda, tiene una gran oportunidad para rebajar la tensión entre el Estado español y la República Bolivariana de Venezuela. Las relaciones bilaterales entre ambos Estados han estado marcadas más por desencuentros y afrentas, por parte española, que por un intento de conciliación y respeto. 

El ‘escándalo’ de la actuación policial española en la Embajada de los Estados Unidos Mexicanos en La Paz, Bolivia, es un pequeño chiste si lo comparamos con la visita en 2002 del embajador español Manuel Viturro de la Torre, acompañando al estadounidense Charles Shapiro, al dictador Pedro Carmona Estanga al día siguiente del golpe de Estado contra el Gobierno de Hugo Rafael Chávez Frías.

Fue esa misma representación diplomática española la que se negó a dar asilo a representantes del gobierno chavista alegando que esa figura era propia de gobiernos latinoamericanos y no europeos, cuando la realidad era que la representación francesa en Caracas albergaba a más de 60 asilados.

Venezuela, su gobierno, supo capear esas afrentas que unidas al ‘¿Por qué no te callas?’ del rey español (Juan Carlos I), y la sucesiva concesión de la ciudadanía española a cuanto opositor político levantase la mano, hacían inviable cualquier tipo de entendimiento.

España no debe entrometerse en asuntos internos venezolanos, tal como Venezuela hace con los asuntos españoles. Cambiar todos estos años de arrogancia por unas relaciones basadas no en los intereses sino en la igualdad y el respeto sería una buena noticia que creo ningún gobierno podría hacer mejor que el de Pedro Sánchez Pérez-Castejón en alianza con Unidas Podemos (UP).

Es tiempo de demostrarle al mundo que el Estado español basa sus relaciones en el respeto y la igualdad y no en órdenes venidas de fuera (Estados Unidos de América usó como recaderos a José María Aznar López y a Mariano Rajoy Brey durante muchos años), y que detrás de ese respeto a esos gobiernos que ideológicamente son distintos, no hay otra cosa que el respeto a ese pueblo que los eligió, en este caso al pueblo venezolano. 

Los venezolanos son los que deben resolver sus diferencias políticas sin intervencionismo foráneo de ninguna índole.