Opinión

El drama de Venezuela se llama...

El drama de Venezuela se llama...

…petróleo. Todo lo puede el petróleo en Venezuela. Es como el salario de una familia que un mes es millonaria y 10 rebusca en los contenedores de basura. Son más los bajos que los altos. Si a esto le sumamos que la familia fue creciendo y cada vez necesita más, describimos a medias un cuadro que se repite hasta el infinito, manden socialistas, liberales o revolucionarios.

La historia y el futuro de Venezuela están marcados por este combustible fósil que los indígenas llamaban “excremento del diablo”, mene, del que no se ha podido liberar. 

Aquella frase hecha de Arturo Uslar Pietri, “cultivar el petróleo”, no servía ni cuando la pronunció ni ahora en este mundo tecnificado y especializado. Es como si, trasladándola al Estado español, “cultivásemos el turismo”… ¿para qué? dirían con razón. Los gringos aseguran que si algo funciona no debe cambiarse. Pero los gringos también pueden equivocarse. Lo cierto es que a no ser 20 países en el mundo que viven de lo que producen con la cabeza, el resto, más de 150, vive como puede y de lo que tiene.

La frase de Uslar Pietri no deja de ser la frase de alguien que nunca dio golpe, trabajando me refiero, porque Uslar sí dio “golpe” (condenado por la justicia venezolana) durante su época como ministro de Educación. Venezuela no es ni fue nunca un país en el que se pudiese cultivar ni dar de comer a su población de sus cultivos y mucho menos exportarlos. Su clima, sus suelos, su climatología tropical dan para lo que dan. Otros muchos países, que no tienen petróleo y sí una climatología más benigna, tampoco pueden vivir de los que cultivan, como si en el siglo XXI todo se redujese a lentejas, garbanzos y arroz. La lista es interminable.

Con buen sentido, los últimos gobiernos venezolanos (incluido Rafael Caldera y Carlos Andrés Pérez) se dedicaron a especializarse en el sector químico y de derivados del petróleo. El problema es el cambiante precio del petróleo, a merced de no se sabe bien qué intereses y en el que la OPEP pareciese ser un invitado de piedra.

El petróleo poco ha tenido de oro y sí mucho de negro. Todavía el mundo rico occidental consume petróleo vorazmente sin importarle mucho si está caro o barato, indicativo de que, por muy caro que esté, aún es barato. 

Bo Nadal e Feliz Aninovo 2018.