Opinión

“Catalanes...”

En Estados Unidos de América es un derecho, reconocido por el Tribunal Supremo, poder quemar la bandera. Desconozco el contenido de la sentencia, pero los agravios a los “símbolos patrios” pueden ser tomados desde varias perspectivas.
Francia ganó el mundial de fútbol con una selección de inmigrantes y descendientes de inmigrantes. Los mismos que pitan el himno porque la patria no es sólo un himno y una bandera sino colegios, viviendas, sanidad, igualdad de oportunidades, etc., todas las cosas de las que carecen las familias de los barrios marginales franceses de los que se nutre la selección francesa de fútbol. Es muy bonito ganar un mundial, pero cuando ves que tu familia malvive desde hace dos generaciones en un barrio miserable, sin posibilidad de cambiar ese futuro si no es dando patadas a un balón, entiendes que falla algo.
Los catalanes contestan el desprecio español con el desprecio a sus símbolos. El Partido Popular y Mariano Rajoy, junto con los medios de comunicación, realizaron un boicot a los productos catalanes (por ejemplo el cava), por la reforma del Estatut catalán, insultando a todos los catalanes injustificadamente. Ningunearon sus instituciones y su identidad, negando sus selecciones deportivas, y calificando de superfluos e innecesarios sus gastos en el fomento de su lengua y su cultura.
Que un alto cargo de la Administración española califique a los catalanes como “catalanes de m…” no es más que la constatación de una de las mil razones justificadas que tienen los catalanes para pitar el himno de los españoles y querer separarse.
El discurso español según el cual los catalanes viven del Estado español se desmorona cuando piden vivir solos. ¿Puede un “dependiente” independizarse? Reducir el anhelo de independencia a algo económico no deja de ser una mezcla entre mezquindad e ingenuidad.