Opinión

Ana Pontón Mondelo

El bienestar anestesia la memoria. No lo digo yo… lo veo. En ‘El Principito’ el zorro decía que lo esencial no está al alcance de los ojos, porque como bien decían los griegos los sentidos engañan. Sin ir muy lejos Galicia es un país que pasó del carro de bueyes al coche y de ahí a la autopista. Se quedó mucha gente por el camino pensando que la historia de la Humanidad (su historia) es en subida, siempre a mejor. Después viene lo que viene, el desempleo, los trabajos basura, el malestar… pero aún muchos piensan que más adelante estarán mejor…. ¿pero cómo? ¿Por qué?
Si bien mirar para atrás sólo sirve para tener tortículis, no hay nada mejor para saber porque estamos como estamos. La amnesia, el desinterés por el pasado, anula el presente. Somos lo que somos, para bien y para mal, partiendo del malestar de muchos. Cualquiera que vea en cualquier capital gallega, o española, a la gente llena de bolsas de la compra (ropa barata proveniente de países del Tercer Mundo mal pagados) y se ponga a pensar un poco si todo ese gasto es necesario se dará cuenta de la patraña en la que vivimos.
El domingo 25 de septiembre estaban previstas unas elecciones en Galicia. Probablemente gane el más malo, una vez más. Si se presentase Bill Gates también podría ganar… es el aparato y el aparataje lo que da los votos. Lo decía el político mexicano Andrés López Obrador (santo de mi devoción por cierto), que no importan a quien pongan de candidato: “pueden postular a un burro y a una vaca”, y gana cualquiera de los dos porque son lo mismo “puercos y marranos”.
En esa carrera desigual, en el que hay candidatos y gobiernos del sistema, el mismo sistema que nos llena la bolsa de comida, aparatos y ropa basura, no hay como pensar un poco, ejercitar la tortículis un poco, saber que el mejor candidato no es el más obvio.
Pocos partidos pueden poner la mano en el fuego por nada. El zorro le decía al Principito: “He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos”. Cuatro párrafos sin hablar del título, Ana Belén Pontón Mondelo, fue la mejor candidata de todos los que se presentaron a la presidencia de la Xunta de Galicia, la única a la que pudimos ver con el corazón.