Opinión

Trump y Putin

Mucho ruido informativo y pocas nueces políticas generó el primer encuentro entre Donald John Trump y Vladimir Putin durante la reciente cumbre del G-20 en Hamburgo (Alemania). A pesar de la cordialidad, no estaban para muchas bromas. La trama rusa acosa a Trump y Putin busca otras vías para distraer la atención.

Según publicó el portal informativo ruso ‘Sputnik’, de la reunión “salieron ganando los dos”. Pero no parece ser relevante si hubo o no ganadores. La primera y quién sabe si última toma de contacto entre ambos fue protocolaria. Sólo salió a relucir una conjunción de intereses sobre el futuro de Siria, que parecía un ‘fait accompli’ anteriormente acordado por la diplomacia mutua.

Ambos líderes sólo quieren saber algo: hasta qué punto la trama rusa acabará con la presidencia de Donald John Trump. El menos afectado sería Vladimir Putin. Su poder es incontestable en Rusia, toda vez que cualquier síntoma de debilidad desde Occidente supondría una ganancia. Y con el escándalo montado por el espionaje ruso en Washington, Putin sabe que sus relaciones con Estados Unidos de América ya no serán una luna de miel, como se esperaba cuando Trump llegó a la presidencia.

Donald J. Trump se agarra a intentar distraer la atención y a que el pacto de circunstancias entre demócratas y republicanos le permita respirar a su presidencia. Pero el Pentágono y los servicios de seguridad no pueden dar síntomas de indolencia ante un asunto grave para la seguridad nacional.

Esto también lo mira con lupa un Vladimir Putin que intenta atar cabos en cuantas cartas geopolíticas se le abren en este escenario. ¿Y China? El tercero en discordia que no tiene nada que ver con la trama, pero que puede ser el balón de oxígeno que uno y otro, Putin y Trump, intenten activar si la crisis del espionaje se vuelve asfixiante.