Opinión

El triunfo de Evo

Resulta sumamente significativa la segunda reelección presidencial de Evo Morales Ayma en la República Plurinacional de Bolivia, coincidiendo con la celebración del 12 de octubre, Día de la Hispanidad que en diversos países iberoamericanos, como precisamente Bolivia y Venezuela, se conmemora como el Día de la Resistencia Indígena.
No hay duda de que, tras una década en el poder y otros cinco años más de presidencia, Morales Ayma hace historia al convertirse en el primer indígena en llegar a la presidencia boliviana, en el presidente con mayor tiempo en la presidencia elegido consecutivamente de forma democrática, un aspecto significativo en un país tradicionalmente polarizado por las crisis políticas y las caídas de gobierno.
Con ello, es indudable que Evo Morales ha transformado los cimientos constitucionales, legales y políticos de su país, abriendo al mismo tiempo una hegemonía política impensable hace unos lustros, especialmente tomando en cuenta que es un líder de un movimiento indigenista, progresista y proveniente de las luchas de los campesinos cocaleros.
Con todo, a Evo Morales Ayma se le presentan importantes retos. Su presidencia ha estado siempre bajo la fuerte presión exterior, principalmente desde Washington, con todo ha logrado reubicar a Bolivia en un nuevo espacio geopolítico internacional, con especial énfasis en el eje del ALBA y en sus relaciones con China y Rusia, sin menoscabar la inédita apertura hacia Irán.
Del mismo modo, Morales Ayma deberá sortear una eventual sucesión política dentro de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), con la finalidad de consolidar esa hegemonía política después del 2020, cuando expire su presidencia.
También deberá observarse con atención cómo serán sus relaciones con EEUU y la Unión Europea, por momentos tensas y complejas, no desprovistas de ciertas crisis bilaterales tomando en cuenta los alcances de un proyecto político progresista, revisionista y reivindicador, especialmente de causas históricas como la lucha de los pueblos indígenas por su reconocimiento. De allí que su nueva reelección le otorgue al presidente boliviano ese peso simbólico de una reivindicación que precisamente apunta a la colonización europea y la dominación hemisférica estadounidense. Allí, muy probablemente, radica el significado de este nuevo triunfo de Evo Morales Ayma.