Opinión

El pulso griego

Seguimos con Grecia, indudable ‘estrella’ política europea de comienzos del 2015, sin olvidar el azote del terrorismo yihadista. Los primeros pasos del nuevo primer ministro Alexis Tsipras, principalmente a la hora de negociar con la ‘troika’ europea, así como sus contactos exteriores (Rusia y China) son sintomáticos de los cambios que pueden ocurrir en el panorama político europeo y global.
Tras constituir gobierno con un partido minoritario de derecha nacionalista, a Tsipras y el gobernante Syriza se le presente un complejo panorama de equilibrios políticos. Sabe que la ‘troika’ no va a ser flexible con el cumplimiento de los pagos de una economía que, más que en bancarrota, está hipotecada. De allí el impulso de Tsipras por buscar nuevos socios, como Rusia y China, que le provean de auxilio financiero, así como de apoyo y disuasión hacia Berlín, el claro exponente del poder europeo.
En el maremágnum de estas negociaciones donde la ‘troika’ no ha dejado incluso de chantajear bajo presión, destaca igualmente la presencia del nuevo ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, cuya imagen y cierta dosis de osadía a la hora de negociar ha confirmado el nuevo estilo de gobierno de Tsipras y del Syriza, probablemente más auténtico y con visos de querer imprimir cierto aire de autonomía e iniciativa.
Está igualmente por ver cómo se desarrolla el panorama interno. La sensación post-electoral es que Tsipras y el Syriza gozan de una elevada popularidad (las manifestaciones de la semana pasada en Atenas contra el chantaje de la ‘troika’ parecen confirmar este diagnóstico), pero a pesar de la incontestable mayoría electoral, al Syriza se le presentarán fuertes obstáculos, principalmente por la presencia parlamentaria de la extrema derecha del Amanecer Dorado (19 diputados) y la presión exterior de una ‘troika’ que ha hecho de Grecia un especie de protectorado dirigido desde Alemania.
Con un 2015 electoralmente complicado en Europa, el pulso de Tsipras y del Syriza hacia la ‘troika’ merece ser observado con suma atención.