Opinión

La villa de Ribadeo, los acantilados y el ‘castro’ de Fazouro

La villa de Ribadeo, los acantilados y el ‘castro’ de Fazouro

Iniciamos nuestro viaje en la bella villa de Ribadeo, situada en la desembocadura del río Eo, que es frontera natural con Asturias. Nos hallamos en plena comarca de la ‘Mariña’ de la provincia de Lugo. Elegante y primorosa población que nos obsequia con hermosas construcciones que nos remiten a sus propietarios de presencia americana e idiosincrasia indiana. A la orilla del áspero acantilado, el puerto. Ascendemos al mirador de Santa Cruz, a casi 200 metros sobre el nivel del mar. ¡Contemplad la designada ‘Rasa Cantábrica’! He ahí la isla Pancha, además de dos singulares faros en blanco y negro: el más bajo, de planta cuadrada, de fines del siglo XIX; el otro, más moderno, construido en 1987.
Luego proseguimos hacia el oeste, donde nos encontraremos con la villa de pescadores de Rinlo, afamada por su gastronomía. Si bien su plato por excelencia es el bogavante, no le quedan a la zaga las ‘tapas’ de pulpo y las empanadas. Después caminamos a pie hasta la playa de ‘Os Castros’ con el fin de llegar a la orilla del mar, pasando por su inédito acceso a través de un túnel natural. ¡Tumbados sobre sus rocas enteramente lisas y acunados por la armonía rítmica de las ondas del mar! Ahora nos dirigimos hacia una de las playas más renombradas de todo el norte: la playa de Augas Santas, universalmente denominada “praia de As Catedrais”. Rocosas formaciones simulando arcos, algunos de ellos ya fracturado por los continuos embates del mar. Belleza que se agranda por numerosas cavernas –“furnas” en lengua gallega– donde el mar impetuosamente golpea buscando un hueco cada vez mayor. ¿La hermosura? Con marea alta o en la bajamar.
Más adelante, la playa solitaria de Peizás. Si ahora deseamos ver cómo desciende el sol, vamos al ‘castro’ de Fazouro, un enclave al pie mismo del acantilado. Siguiendo nuestro itinerario nos dirigimos a la célebre fábrica de cerámica de Sargadelos, a medio camino entre la villa marinera de Burela y la localidad de Cervo. He aquí la loza decorada y rematada a mano. El edificio, de forma circular, es de 1970. ¿Su origen? Aquella iniciativa de carácter “ilustrado” –signo del “buen gusto”, propio del siglo XVIII– vio la luz durante los primeros años del siglo XIX. También existe otra factoría de Sargadelos situada en ‘O Castro’, ‘concello’ coruñés de Sada.
Cuenta una leyenda de esta comarca cómo delante del cabo San Cibrao –en el ayuntamiento de Cervo– existen unos islotes conocidos como “os Farallóns”. Se dice que allí mismo vive una sirena llamada ‘A Maruxaina’, la cual, en días de tiempo peligroso, sale de aquellos islotes para prevenir a los marineros. Hay quien piensa que es para ayudarlos, aunque no faltan partidarios que aseguran lo contrario: engatusarlos con el propósito de engañarlos para que naufraguen. Respecto de este leyenda, recordaremos cómo desde hace años se recobró una vieja tradición. Algunos vecinos confeccionan una sirena de “luengos cabellos loiros” con una rueca. Así, el segundo sábado de agosto, cuando se cierne la noche, la conducen desde ‘Os Farallóns’ hasta la playa de San Cibrao. Allí es sometida a un “juicio popular”, en el que al fin queda absuelta. Al finalizar, regresa a las islas, en donde permanece oculta el resto del año.
Alcanzaremos la localidad de Xove, donde nos desviamos hacia el norte, rumbo al asombroso faro de punta ‘Roncadoira’.