Opinión

‘Tuy en blanco y negro’, arte de Martín Rodríguez Álvarez

‘Tuy en blanco y negro’, arte de Martín Rodríguez Álvarez

“Hace poco tiempo llegaron casualmente a nuestras manos varios dibujos a plumilla de Martín Rodríguez Álvarez. Nos los presentaron como obra de un tudense con residencia en Santa Cruz de Tenerife. La primera impresión fue magnífica, por el tema, su finura y originalidad”, escribe Jesús Gómez Sobrino, a la sazón director del Museo y Archivo Histórico-Diocesano, en sus palabras de ‘Presentación’, al frente de la obra Tuy en blanco y negro, edición patrocinada por el Excmo. Ayuntamiento de Tuy, 1985.
El libro de dibujos de Martín Rodríguez Álvarez –de espléndido y amplio formato– nos convida, en primer término, a contemplar el ‘Mapa esquemático del Municipio’. En el segundo capítulo nos hallamosante ‘Nobleza y lealtad’ con la bellísima caligrafía y galanura de mayúsculas al modo de capitulares del lema: “Muy Noble Muy Leal Ciudad de Tuy”. Con fecha de Tuy, 1957, gozamos de la maravilla de “Tude, blasón de la nobile et leal Plaza de Armas”. Ilustra luego tres de los muchos blasones de la hidalguía tudense. “Es la íntima vinculación de la nobleza con la antigua capital del Reino de Galicia. Perdura a través de los siglos en las silentes rúas de nuestra Ciudad –señala su autor–. Las mansiones de muchos linajes medievales ostentan en las fachadas de bien labrado granito, junto a grandes balcones moldurados, el escudo de armas. Estas casonas, erosionadas por los siglos, hablan elocuentemente de los Pazos de Figueroa, Troncosos de Lira, Sarmientos, Pereiras de Castro, Sotomayores, Castros, Correas, Alempartes...”.
Martín Rodríguez Álvarez pronto nos conduce a “Tuy: incursión vikinga en aguas del Miño, tomando por asalto y destruyendo la antigua ‘civitas’ romana” desde una plumilla de 1953 con su habitual “dibuxou Martín”. Observamos el “Tuy medieval. Paladín ante el Alkázar”. Las mesnadas ante la Fortaleza. Capital del reino de Galicia. En el capítulo tres, titulado ‘Panorámicas’, leemos: “A la muy noble y muy leal/ Ciudad de Doña Urraca,/ cuyas piedras tienen alma/ y su aire, espíritu de siglos”. He ahí la hermosura de “Tude” desde el mirador de Santo Domingo. “El colosal hospital, sobre el mismo las murallas de Valença do Minho y el puente internacional, la Catedral-Fortaleza y, al fondo, el extraordinario macizo del Monte Faro en Portugal”.
“Bellísima y romántica panorámica sobre las cristalinas aguas del Miño”, firmada en 1978. A nuestro lado, montañas, bosques y huertas, “todo un paraíso que se refleja en el cristalino estuario del Miño”. ‘Catedral’ es el título de la sección cuarta, cuyas puertas se abren así: “Qué prodigio de insólita armonía,/ Dios ha dado al lugar donde he nacido,/ desde el verde del Aloia tan erguido/ hasta el Miño y su lozana campiña”. He aquí el dibujo de conjunto catedralicio, el ‘alkázar’ y su entorno artístico monumental, fechado en 1978. La fachada y el pórtico. Las estatuas de la ojiva derecha del Pórtico que corresponden a la reina Urraca y a Fernando II, como oferentes de una de las fundaciones de Tuy. ¡La Virgen de la Expectación en su trono de un ángulo gótico de la Catedral! Desde el capítulo cinco al doce nos deleitamos con ‘Rincones, rúas y plazas’ y ‘Jardines’. Más adelante, ‘Tudenses ilustres’ y ‘Santo Domingo’. Proseguimos nuestro viaje evocando el río Miño y el monte Aloia. Clausurando los subyugantes dibujos a plumilla y tinta china, ‘Tipismo’ y ‘Varios’.