Opinión

‘Peregrinando’ por las sagradas piedras de Compostela

‘Peregrinando’ por las sagradas piedras de Compostela

Y entramos, al cabo, en la Catedral de Santiago de Compostela. Es por la fachada de la ‘Praza das Praterías’, en donde nos recibe la seductora ‘Fonte dos Cabalos’, así como la elegante Portada románica del siglo XII. Ya en su interior, nos hallamos con el solemne espíritu del Románico a través de sus naves y deambulatorio. Visitamos la cripta del Apóstol Santiago, abrazándonos al santo en el baldaquín central. Y nos aproximamos a las cercanas y diferentes capillas. Antes de salir del templo, estupefactos, nos asombramos ante el éxtasis del ‘Pórtico de la Gloria’. Y descendemos hacia la ‘Praza do Obradoiro’: una espectacular escenografía arquitectónica cuyo cuadrilátero está compuesto por el Hospital Real de los Reyes Católicos, de estilo plateresco, el ‘Pazo de Raxoi’, de forma neoclásica con impronta versallesca, compartido por el Ayuntamiento de Compostela y la ‘Xunta de Galicia’, el ‘Pazo de San Xerome’  -cuya portada portada corrresponde al siglo XV, desde hace bastantes años sede del Rectorado de la Universidad- y la propia fachada de estilo Barroco de la Catedral, obra de Fernando de Casas, clausurando así la singular y espaciosa Plaza, abierta paulatina sinfonía de la luz crepuscular.

Atrás dejamos la ‘Praza do Obradoiro’ y continuamos por las calles de Fonseca y Rodrigo de Padrón, a fin de apropincuarnos hasta ‘La Alameda’ de Santiago, donde, si lo deseamos, hacemos un alto en nuestro paseo. Desde estos jardines podremos conseguir una de las más bellas estampas de la Catedral y de la parte vieja, acá, en el ‘Paseo dos Leóns’. Y asimismo una amplia visión del ‘campus’ universitario –diseñado durante la década de 1930– desde el mirados del ‘Paseo da Ferradura’.

Evocamos ahora los grupos escultóricos en terracota de la ‘Capela de Ánimas’, neoclásica, cuyo proyecto corresponde a Ferro Caaveiro y su reforma a Ventura Rodríguez. He ahí la exuberante decoración vegetal pétrea en la fachada de la ‘Casa de la Parra’, del siglo XVIII. La ‘Casa del Cabildo’, del XVIII, creada como fachada de cierre de la ‘Praza de Praterías’, por lo que muestra su estrechez lateral. La ‘Casa do Deán’, un ‘pazo’ barroco del XVIII, hoy oficina de ‘Acollida de Peregrinos’. La ‘Casa dos Coengos’, ideada para cerrar la ‘Praza da Quintana’, del XVII, en la que sobresalen sus portales y chimeneas, de la autoría de Domingo Antonio de Andrade y Casa e Novoa.

Henos ante la fachada de ‘Acibechería’ –en la transición barroco-neoclásico, de 1765, presidida por una escultura de Santiago Peregrino, obra del italiano Gambino. Adentro del templo, la Capital de ‘A Corticela’, siglo XI y XIII, nacida como independiente pero anexada a la Catedral con las sucesivas ampliaciones.

En la fachada que cierra el claustro en ‘Praterías’ admiramos la hermosa arquitectura plateresca de Gil de Ontañón. He aquí la ‘Porta Santa’ en la ‘Praza da Quintana’, que exhibe elementos barrocos como esculturas románica, digamos ‘reaprovechadas’ del antiguo coro pétreo. Tan sólo está abierta en los ‘Años Santos’. Y accediendo por ella, permite ganarse el jubileo.

Hacia lo alto, la ‘Torre do Roloxo’ –en las ‘Praterías’, esquina a la ‘Praza da Quintana’–, de 72 metros de elevación, reconocida bajo el sobrenombre de ‘Torre Berenguela’, finalizada en el siglo XVII por Domingo de Andrade. Y la singular fachada ‘das Praterías’ de 1103, románica con un doble pórtico apoyado en once columnas con triple archivolta y una valiosa iconografía, como la de David y su arpa, entre otras muchas y variadas del Alto Medievo.