Opinión

‘Intramuros’ y ‘extramuros’ romanos de Lugo

‘Intramuros’ y ‘extramuros’ romanos de Lugo

Desde lo alto de la muralla de Lugo contemplamos el paisaje urbano del presente con no muy elevados edificios en el centro y algunos espacios libres de ciertas dimensiones dentro del sector intramuros, tales como plazas y jardines, patios interiores y aun alguna que otra reducida finca cultivada hasta no hace muchas fechas. ¡Oh torre de A Mosqueira! La única que sólo en parte se conserva. Si bien desde arriba son difíciles de divisar bien, la muralla lucense nos agasaja con 10 puertas, la mayoría de las cuales han sido ampliadas o abiertas nuevamente desde 1830. ¡Belleza de las de Miñá, Falsa y San Pedro que todavía perduran desde la época romana con mínimas modificaciones!

Una vez que hemos completado el recorrido, descendemos por idéntico lugar por donde habíamos subido. Ahora contemplamos la Catedral de fachada neoclásica, que se construyó a fines del siglo XVIII para sustituir a la originaria, medieval de estilo románico. Entramos. Resaltan las 3 naves románico-góticas así como el ‘triforio’. Henos ante la Capilla y la venerable y de considerable tamaño imagen de la Virgen de los Ojos Grandes, calificada así por la límpida expresividad de su rostro. He ahí el coro barroco de madera y el deambulatorio gótico. Si lo deseamos, salimos por la puerta norte, de hermosa factura del arte románico, con un tímpano en el que se alza un ‘Cristo Majestad’ del siglo XIII.

Alcanzamos la ‘Praza de Santa María’ y el severo Palacio Episcopal, de estilo barroco. Cercana, la ‘Praza do Campo’, el corazón de la ciudad, donde a buen seguro se situaba el ‘foro romano’ y donde tenían lugar ‘mercados’ a lo largo de muchos siglos. En su centro, una fuente de traza barroca y en sus aledaños algunas casas blasonadas y asoportaladas. En este contorno vibra la hostelería de vinos y tapas de Lugo, pródigo también en restaurantes y cafeterías. En uno de sus extremos se abre ‘A Rúa Nova’, el antiguo ‘cardus maximus’, esto es, la principal arteria de la ‘urbs’ romana. A escasa distancia, la ‘Praza da Soedade’, donde se yergue la antigua iglesia gótica de San Francisco, hoy de San Pedro, a la que está adosado el edificio que alberga el Museo Provincial, sede de excelentes y únicas obras artísticas gallegas. Además, en sus salas –a causa de no pocas ‘actuaciones urbanísticas’ realizadas por el ‘Concello’– permanece el valioso ‘mosaico’ que nos evoca la mitología de Dédalo y Pasífae, de singular estudio artístico, sin olvidar las colecciones de orfebrería prerromana y de elementos paleocristianos.

Más adelante, desembocamos en la ‘Praza de Santo Domingo’, en la cual –una de las más concurridas de Lugo– avistamos el Convento de las Madres Agustinas, de ricos elementos góticos. Entre Santo Domingo y la ‘Praza Maior’ –hacia donde nos encaminamos ahora por la ‘Rúa Raíña’– nos hallamos en el auténtico ‘centro’, digamos ‘funcional’, de la capital lucense, generoso con la tradición comercial y hostelera. En la ‘Praza Maior’, la Alameda y la Casa Consistorial, de arte barroco, y el ‘Círculo de las Artes’, de fines del siglo XIX. Salimos del espacio intramuros por la puerta del ‘Obispo Aguirre’, abierta en 1894, y siguiendo la calle Ramón Ferreiro, llegamos a una amplia zona verde que abraza el Parque ‘Rosalía de Castro’. Institutos de Enseñanza, Escuelas de Magisterio y Empresariales y sectores administrativos. Y el pacífico reposo del ‘belvedere’ sobre el manso ‘padre Miño’.