Opinión

‘Fuera de contexto’ (tomo 1), 81 Opus, de Don José Gobello

‘Fuera de contexto’ (tomo 1), 81 Opus, de Don José Gobello

“Dijo Borges, o lo pensó, que ser leído muchas veces por pocos es mejor que ser leído pocas veces por muchos. El destino de este libro supera esas posibilidades: es el de ser leído permanentemente por una sola persona, el autor”, escribe el recientemente fallecido Don José Gobello, egregia figura intelectual y Presidente de la Academia Porteña del Lunfardo, en su ‘Nota Bene’ del libro titulado por él Fuera de contexto (tomo I), Ediciones de Prensa Subterránea, Buenos Aires, 1998. “La idea de componerlo –prosigue el sabio Gobello– está implícita en el poema ‘A Misael’ (Opus, 40); su publicación se debe a ciertos acosos de la vejez y a la comprobación de que, entre tantos remedos de la inmortalidad –la fotografía, la voz grabada, los índices onomásticos de algunos libros, el cine, el ‘video’, la historia misma–, la palabra impresa no es el más deleznable. Preserva nuestro pensamiento, que define nuestra identidad más fielmente que la voz y que la imagen. “Soy apenas los trozos de papeles manchados por los ‘gajes del oficio’. Aquí estoy en estampa”.
En el artículo ‘El hiperagnóstico’ (Opus, 1) Gobello se sorprende por las declaraciones de Adolfo Bioy Casares en torno a algunos aspectos sobre todo personales de su vida. “En un tiempo los que no creían se llamaban indiferentes y no eran, por lo general, seres agresivos, salvo que les pisaran un callo –leemos–. Algunos, inclusive, habrían querido tener la fe de que carecían. Ahora, en cambio, si no se confiesan ateos (palabra que sugiere alguna clase de militancia) se dicen agnósticos, tal vez porque las palabras de raíz griega lucen algún prestigio intelectual”.
“Luis Ricardo Furlan” corresponde al Opus,2 y rinde homenaje al poeta al cumplir treinta años con la poesía, dando a la imprenta un nuevo volumen titulado Guitarra sola. Y nos transcribe los últimos versos del poema ‘Epístola a Quevedo’: “Vas con la muerte cojitranca y miope/ desde la entraña propia del martirio,/ enlutado buscón, desencarnado,/ solo, solo Francisco”. Seguidamente vendrán ‘Otro aniversario de Homero Expósito’, ‘Fabien Sevitzky’ y ‘Astor Piazzolla’. “Ni un paso, ni un pasito más abajo,/ si es que hay más abajo todavía./ El infierno no existe,/ el fuego se ha extinguido:/ quizá queden, apenas,/ las cenizas heladas/ que tu risa podría/ disipar sin esfuerzo…/ Nada que pueda ser interesante/ para la teología o el turismo”, reproduce Gobello su ‘Oda postconciliar al pluralismo ideológico’, poema publicado en Buenos Aires el 14 de marzo de 1972.
Después, leemos ‘Los recuerdos de Ricardo M. Llanes’, prólogo a Recuerdos de la Ciudad Porteña, Buenos Aires, 1986. Asimismo nos complacemos con ‘El tango está mudo’, ‘El liderazgo’ y ‘Carta a mi amigo Ernesto’ acerca de algunos episodios vividos con el reconocido escritor Sábato. También, ‘Oda a la muerte compatriota’ y ‘Luis Adolfo Sierra’, evocación a la memoria del irreprochable e imprescindible estudioso del tango, autor de Historia de la Orquesta Típica al igual que del admirable trabajo de selección musicológica realizado para la obra de Argentino Galván. Aprendemos con el artículo ‘El humor de Discépolo’ e igualmente con ‘La poesía lunfarda de Orlando Mario Punzi’ y con ‘El Honorable Senado frente a la libertad de prensa’. Luego llegarán ‘Carlos Gardel y Jean Sablon’, ‘Gauchos amargos’ y ‘El Buenos Aires de Angel G. Villoldo’. Memorables los artículos ‘La filosofía de Discépolo’ y ‘Misael’, su hijo querido. Y ‘El debú de Miguel de Molina’, ‘El bandoneon’, ‘Manzi’… Y un ‘Índice onomástico’.