Opinión

El ‘Caminho Português’ en Galicia hacia Santiago de Compostela

El ‘Caminho Português’ en Galicia hacia Santiago de Compostela

La peregrinación jacobea a partir de Portugal –aunque presumiblemente ya existiese en época de la Alta Edad Media– se intensifica desde la independencia del país a mediados del siglo XII. Pronto el culto jacobeo y la peregrinación a Compostela, considerada como una de las marcas de identidad de la cultura europea, tuvieron en las tierras lusitanas una proyección muy significativa. A lo largo de los siglos el pueblo portugués contribuyó para esta experiencia colectiva con altos niveles de participación, siempre apoyado con singular fortuna por el ejemplo de reyes, nobles y altos clérigos. Baste tan sólo recordar que la mayor parte de la red viaria de Portugal fue testigo –del siglo XII hasta nuestros días– del caminar de peregrinos originarios de los diversos núcleos de población del país –Lisboa, Santarém, Coimbra, Porto, Braga, Chaves– hasta la meta compostelana. Sus motivaciones eran primordialmente religiosas. No obstante, merced a este denso y secular flujo de personas que poblaron los caminos de Santiago creados entre Portugal y Galicia, asimismo se establecieron fértiles y dilatados vínculos de intercambio cultural, económico y de pensamiento.

Vivimos en el inmarchitable recorrido hacia Compostela. Desde Tui a Redondela. De Redondela a Pontevedra. De Pontevedra a Padrón. Y de Padrón a Santiago de Compostela. ¿Las imágenes? He acá la fortificada Tui contemplada desde Valença do Miño. El traslado del cuerpo del Apóstol de Iria-Flavia a Compostela, según la pintura portuguesa del siglo XVI en el Museo de Arte Antiguo de Lisboa. Después, el crucero de Santiaguiño del Monte de la serena villa de Padrón. También, el ‘Camino’ en Agra dos Muíños en las inmediaciones de Caldas de Reis. Y la bellísima ‘Peregrinación de Santa Isabel de Portugal a Santiago’: las miniaturas de la ‘Genealogía de los Reyes de Portugal’ (1530-1534), en el ‘British Library’ de Londres.

He aquí ante nuestros ojos la visión magnífica de la Catedral de Santa María de Tui así como el tímpano de la puerta oeste del recio templo. El sosegado Claustro catedralicio. El retablo mayor del convento de las Clarisas de Tui, denominadas ‘As Encerradas’, cuyo artista fue el escultor Domingo de Fornelos, de principios del siglo XVIII. He ahí el ábside central de la iglesia de San Bartolomeu de Rebordáns. El idílico ‘Caminho Português’ en dirección al ‘Ponte das Febres’ en la obispal Tui. Ahora nos da la bienvenida la ‘Casa da Torre’, el noble Albergue de la villa de Redondela, la luz de la marisma bajo el díptico de los viejos viaductos. Y más allá, la reposada villa de Ponte-Sampaio. ¡Cuánta hermosura ante la Ría de Vigo y la isla de San Simón desde la tierna parroquia redondelana de Cesantes!

Reverenciamos el santuario de la ‘Virgen Peregrina’ de Pontevedra. La iglesia conventual de San Francisco junto a la ‘Praza da Ferreiría’. La basílica de Santa María la Grande de Pontevedra y la escultura de San Jerónimo, un detalle de la fachada del templo. La recoleta plaza de La Leña. Tras un breve tiempo, los singulares molinos del río Barosa en la parroquia pontevedresa de Barro. Ya en Caldas de Reis, la plaza del ‘Cruceiro de Tibo’, la iglesia de Santa María y la Fuente de las Burgas. En el ‘concello’ de las tierras de Valga, el ‘Camino’ en el Pino al igual que la iglesia de San Miguel. Pontecesures. Y en Padrón, el convento del Carmen y el detalle artístico del “traslado en la barca de piedra” de la Fuente del Carmen. Y, al fin, el ‘pedrón’ de la iglesia de Santiago de Padrón, ya no lejos de Compostela.