Opinión

Viento

La Xunta acaba de realizar una espectacular adjudicación a distintas empresas para gestionar el negocio de los parques eólicos de Galicia. Ahí van unas consideraciones sobre ello.
La Xunta acaba de realizar una espectacular adjudicación a distintas empresas para gestionar el negocio de los parques eólicos de Galicia. Ahí van unas consideraciones sobre ello. La primera es constatar que no estamos en crisis en el sentido de empobrecimiento general; lo que sucede es una reestructuración de los sectores productivos y un cambio de hábitos industriales, por eso los grandes tiburones se pelean por el nuevo pastel mientras los de siempre pagan los platos rotos de unos y otros, como siempre y con la complicidad de las Administraciones. La segunda es una comparación, y me pregunto por qué en Galicia nos parece muy bien poner mil y una cargas fiscales a las empresas que quieren enriquecerse con el viento de los gallegos pero luego nos quejamos cuando el gobierno venezolano hace lo propio con las empresas españolas que quieren llevarse su petróleo. Y la tercera es una reflexión corporativa que difícilmente será percibida por los lectores de Galicia en el Mundo en el Exterior. Se trata de la tremenda guerra mediática que se ha desatado a causa del viento, pues cada medio de comunicación es siervo sometido a los intereses de sus respectivas empresas, que a su vez coinciden con distintas candidatas a la adjudicación de las concesiones. Los que llevamos años en esta profesión oímos desde hace meses los silbidos de los puñales que se están lanzando unos colegas contra otros para satisfacer a sus jefes de los grandes periódicos. Esa es la prensa independiente de la que tanto presumimos.