Opinión

Videla

Dicen que Argentina es el país americano más parecido a España. Y en España, una suma de colonialismo mal curado y nacionalismo racista tiene a su sociedad convencida de una cierta superioridad natural: si echáramos cuentas en serio, veríamos que los españoles dependemos más del saqueo americano que hacen nuestras multinacionales que lo que reciben los latinos de las remesas de sus emigrantes en España.
Dicen que Argentina es el país americano más parecido a España. Y en España, una suma de colonialismo mal curado y nacionalismo racista tiene a su sociedad convencida de una cierta superioridad natural: si echáramos cuentas en serio, veríamos que los españoles dependemos más del saqueo americano que hacen nuestras multinacionales que lo que reciben los latinos de las remesas de sus emigrantes en España. La nueva sentencia contra el dictador Videla es otra bofetada a esa superioridad. Allí lo ha resuelto todo una misma generación: las madres ven en la cárcel a los asesinos de sus hijos. En España, cuyos dirigentes siguen presumiendo de una transición indecente, los hijos y nietos de los asesinados y desaparecidos van extinguiéndose sin recibir el reconocimiento de ninguna institución política o judicial. A ellos los matará el tiempo, que es más suave que la cuneta, mientras observan a los herederos y cómplices del franquismo en puestos relevantes de empresas privatizadas o en cargos políticos. Argentina, con todos sus problemas, ha demostrado más valor histórico, más nobleza, que la pretendida metrópoli. La gran diferencia entre los dos países es que a España le salvan una y otra vez los Pirineos, desde donde ha entrado cultura y dinero a espuertas, mientras el país del tango es azotado por su posición geográfica, en el llamado ‘patio trasero’ del imperio estadounidense, que ha atizado a los militares contra el pueblo y ha propiciado los mayores saqueos del patrimonio público en nombre del FMI.