Opinión

La Venus de Ganzo

Un gran poeta moderno venezolano... de lengua francesa, Robert Ganzo (1898-1995), logró escribir –en nuestra época, y desencadenado por una Venus primitiva– uno de los más bellos poemas de erotismo carnalmente místico de todos los tiempos.
Un gran poeta moderno venezolano... de lengua francesa, Robert Ganzo (1898-1995), logró escribir –en nuestra época, y desencadenado por una Venus primitiva– uno de los más bellos poemas de erotismo carnalmente místico de todos los tiempos.
Publicado por primera vez en 1939 (magníficamente acompañado con litografías originales de Picasso y diez dibujos de Jean Fautrier), Lespugue es considerado con justicia como uno de los textos más notables de la poesía francesa moderna. Ventajosamente comparado nada menos que con el celebérrimo Cementerio marino de Paul Valéry, con mucha razón afirmó Léon-Gabriel Gros que “tiene todas las posibilidades de durar tanto como dure la lengua que Ganzo emplea”.
La Venus de Lespugue no es otra que la escultura auriñaciense descubierta por René de Saint-Périer en Lespugue (Haute Garonne, Francia). Pero esa calípiga imagen de mujer que nos llegó sorpresivamente desde el fondo de los tiempos, vino a revelarnos asimismo la otra imagen –indeleble– de la Mujer que todos los hombres dignos de ese nombre llevamos en nuestro interior. La gloria de Robert Ganzo es haberla vuelto lenguaje, poesía, es decir mito, sentimiento y realidad a la vez.
Venezolano de lengua francesa, Robert Ganzo nació en Caracas en 1898, pero su familia se trasladó a Bruselas en 1910, dejando atrás una infancia en los trópicos que, sin embargo, iba a estar siempre en el meollo de su poesía. A partir de 1917 comienza a publicar pequeñas plaquettes en verso y escribe piezas que serían representadas en el Théâtre des Galeries. Hacia 1920 se instala en París, donde primero se hace bailarín (Sibelius, Chopin, danzas de América Latina) y luego se une a los tradicionales bouquinistes en las orillas del Sena. Hasta que instala su propia librería: Al vicio impune, que se volvería legendaria.
Allí, en París, frecuentó a André Breton y a Paul Éluard. Y allí se consagró su reputación de gran poeta del idioma de Francia, país por el que combatió valerosa y tenazmente en la Resistencia durante la siniestra ocupación nazi. Durante ese período volvieron a circular en forma clandestina sus Tracts, poemas-manifiestos (que había comenzado a escribir durante la guerra civil española), que recién serían publicados con su firma en 1947. En 1949 y 1950 se representó su obra Plutot q´une autre, primero en L´Atelier y luego en L´Oeuvre. Realizó diversas exposiciones de pintura y, a partir de los años 60, se consagró a la prehistoria y publicó, en 1963, Histoire avant Sumer, y en 1974 Livres de pierre ou la prehistoire reconsiderée. Entre otras distinciones, Robert Ganzo recibió en 1990 el Gran Premio de los Poetas Franceses. Murió el 6 de abril de 1995.
En poesía su obra es amplia: Tracts (1936), Orénoque (con dibujos de Fernand Léger, 1937), Sept chansons pour Agnès Capri (prefacio de Léon-Paul Fargue, 1938), Lespugue (1939), Rivière (1940), Domaine (1942), Langage (1947), Colère (1951), Résurgences (1954), y numerosas ediciones de arte ilustradas por Fautrier, Léger, Jacques Villon, Ossip Zadkine, Oscar Domínguez y muchos otros. Pero así como la estatuilla que hoy alberga el Musée de l´Homme deslumbró a todos descubriendo misteriosas y ancestrales resonancias que se creían adormecidas, así también el poema a la Venus de Lespugue, lúcidamente reconocido por el ya citado Gros como “el más grande poema de erotismo religioso que se haya escrito en nuestro tiempo”, también despierta –y despertará– en todos nosotros la magia y la necesidad de la Mujer-Mujer, ese misterio cotidiano, compañera y vestal, madre y amante, porvenir y presente de la especie, de los mejores y más fértiles sueños de los hombres.