Opinión

Soplados

En este último año han cobrado notoriedad en Galicia los casos de conductores de autobús escolar que han sido cazados en plena faena con más alcohol del que permite la nueva ley de Seguridad Vial.
En este último año han cobrado notoriedad en Galicia los casos de conductores de autobús escolar que han sido cazados en plena faena con más alcohol del que permite la nueva ley de Seguridad Vial. No se trata de si van borrachos perdidos o no o del riesgo criminal para los niños que lleva en el bus; se trata de que van incumpliendo una ley a sabiendas de que pueden perder el trabajo durante más de un año y durante ese tiempo no podrán llevar un sueldo a casa, un auténtico drama familiar. Esto se debe a un impulso cultural. Esta barbaridad cometida por personas perfectamente integradas en nuestra sociedad –no lo estarían en otras sociedades– revela hasta qué punto, por lo general, las personas somos fruto de la cultura y de nuestro entorno antes que de nuestra propia capacidad para formarnos un código de valores en el que prime la Razón o una ética común a todos los humanos. Por eso civilizaciones enormes asumieron sin complejos la esclavitud u otras aberraciones. Dentro de unos años, un conductor de autobús como el citado será considerado un delincuente que no merece convivir entre nosotros, pero hoy es un vecino más que ha tenido mala suerte cuando le han hecho soplar el alcoholímetro. Comento todo esto para que hagamos una reflexión sobre la cultura machista en la que vivimos y las cosas que hoy no somos capaces de ver porque no aplicamos un razonamiento justo y equilibrado sobre las diferencias de género que sólo obedecen a la costumbre.