Opinión

Somalia

Mientras Europa se debate en crear un macrogobierno económico liderado por Alemania y Francia para salvar la Eurozona, una crisis humanitaria está cobrando forma en Somalia, un país encuadrado en el denominado Cuerno de África, y que es considerado frecuentemente como un modelo de “Estado fracasado”, sumido en la inestabilidad e incapaz de proveer de autoridad y gobierno.No es una crisis menor.
Mientras Europa se debate en crear un macrogobierno económico liderado por Alemania y Francia para salvar la Eurozona, una crisis humanitaria está cobrando forma en Somalia, un país encuadrado en el denominado Cuerno de África, y que es considerado frecuentemente como un modelo de “Estado fracasado”, sumido en la inestabilidad e incapaz de proveer de autoridad y gobierno.
No es una crisis menor. Somalia lleva dos décadas sumida en una guerra interna de facciones tribales, de clanes familiares, étnicas y milicias armadas, sin una autoridad central. Dos Estados proclamaron su independencia (Puntlandia y Somalilandia) sin ser reconocidos hasta ahora ni por la ONU ni por otros países. Tras la peor sequía en 60 años, el hambre y la proliferación de refugiados que huyen del conflicto interno amenaza con convertir a Somalia en una reproducción de las tristemente célebres crisis humanitarias de Biafra o Etiopía.
Además de la inclemente sequía, el germen de la actual crisis humanitaria se identifica en los combates entre el Gobierno Federal Transitorio (GFT), el único reconocido como legítimo por la ONU y otros países, entre ellos EEUU y Etiopía, y la milicia islamista radical Al Shabaab, ligada a Al Qaeda. Las tropas del GFT, apoyadas por una misión militar de la Unión Africana, tropas especiales estadounidenses y mercenarios etíopes y keniatas, lograron expulsar a las milicias de Al Shabaab de la capital somalí, Mogadiscio.
    La milicia Al Shabaab controla las regiones del Sur de Somalia, y desde 2010 no deja entrar ayuda humanitaria extranjera por considerar a las ONGs como “tapaderas” de la CIA estadounidense. Precisamente, la sequía ha arreciado en el Sur de Somalia, empeorando una crisis humanitaria que puede afectar aproximadamente a 13 millones de personas en el Cuerno de África, al Este del continente.
A pesar de recuperar el control en la capital, pocos aseguran que la GFT logrará pacificar y estabilizar Somalia, mientras la crisis humanitaria obligará a una actuación internacional que ya se critica como tardía. Entre otras epidemias como el cólera o la proliferación del HIV/SIDA, Somalia también padece serios problemas de actuación de grupos delincuentes y la piratería en el Océano Índico y el Golfo de Adén, sitios estratégicos de paso de mercancías entre Oriente y Occidente.
En el mundo globalizado donde las tragedias se transmiten en vivo y directo, Somalia comienza a constituirse en una triste referencia. Mientras millones de somalíes buscan no morir de hambre, Obama, Merkel y Sarkozy intentan salvar unas economías en decadencia, superadas por la inevitable supremacía asiática.