Opinión

Santuario de Santa Minia en Brión

El santuario, Santa Minia de Brión y su romería tienen, al decir de los etnógrafos e historiadores, escaso tiempo de existencia en nuestra Tierra Gallega. Situados en la feligresía de San Fins de Brión, al norte de la comarca de la Mahía, a unos quince quilómetros de Santiago de Compostela, yendo por la carretera de Noia y apartando para la derecha al llegar a Os Anxos. De la vida de Santa Minia muy pocos datos hasta la fecha hemos conservado.
Santuario de Santa Minia en Brión
El santuario, Santa Minia de Brión y su romería tienen, al decir de los etnógrafos e historiadores, escaso tiempo de existencia en nuestra Tierra Gallega. Situados en la feligresía de San Fins de Brión, al norte de la comarca de la Mahía, a unos quince quilómetros de Santiago de Compostela, yendo por la carretera de Noia y apartando para la derecha al llegar a Os Anxos. De la vida de Santa Minia muy pocos datos hasta la fecha hemos conservado. Que era hija de acomodada familia de Roma, donde debió de nacer por el 347, en el siglo IV. Hija de Caurio y Feliciana, fue degollada en 362 y enterrada en las catacumbas de Santa Inés, en las que estuvo hasta el 8 de junio del año 1804, cuando el Prefecto del Sagrario Apostólico –obispo porfiriense don fray José Bartholomé Menochio, de la Orden de los ermitaños de San Agustín, prelado doméstico y asistente al Solio Pontificio– la sacó de su morada. Tras haber sido reconocidas sus reliquias, sus huesos fueron envueltos en algodón en rama, forrados y cosidos en telas de lino: todo encerrado en pasta, según era costumbre, a fin de ser entregada luego al Ilustrísimo y Reverendísimo Señor Don Juan Francisco Arieta.
Santa Minia, vestida con traje de la nobleza romana –adornos de oro y plata, juntamente con un vaso de su sangre– fue colocada en una urna cerrada con cuatro cristales y sellada. “Sendos certificados daban fe de todo e tamén un pedazo de lousa do seu enterramento, con estas letras: ‘MINIA IN SOMNO PACIS”, nos ilustra el admirado etnógrafo Antón Fraguas en su análisis historiográfico Romerías e Santuarios. Desde el día 8 de agosto de 1804 hasta 1847 recibe el culto en el oratorio de la casa de Don Tomás Anduaga; más, al morir este poseedor, fue donada a Don Xosé Finoquio, quien a su vez se la regaló a Don Luis Tobío, nacido en Brión, que la trajo para su tierra. Piadosamente entregó Don Luis ‘a santiña’al párroco, con el fin de que recibiese culto en la iglesia. Hubo que esperar la autorización del arzobispo, quien mandó al arcipreste y éste, a su vez, solicitó datos a Cádiz y la observó en una urna, pudiendo verificar –con actas y certificados pertinentes– la autenticidad de su procedencia.
Queriéndole dedicar una capilla, juzgaron que el más apropiado emplazamiento sería en el lugar de Pedrouzos, pese a las reticencias de no pocos paisanos, temerosos de que la iglesia parroquial sufriera mermas en su importancia religiosa y económica, incluso con la responsabilidad y el aval, ante la mitra, del protector Don Luis Tobío. Al cabo, la capilla de Santa Minia se remató y fue trasladada, pues, al santuario el 26 de septiembre de 1868, durante las solemnes vísperas de su célebre fiesta. La urna en la cual se encuentra la santa es de 1906, cuya autoría corresponde al escultor Pedre. ¡Fiestas de “a romería de Santa Minia” durante los días 26 y 27 de septiembre! “Hai xentes que fan percorridos de xeonllos, deixan exvotos, velas e moitas esmolas. Moitos asisten xa ó correspondente novenario, que comeza o día 17”, según afirma el insigne Antón Fraguas. Cercanas al santuario, las ruinas de las Torres de Altamira. “Na parroquia de Brión,/ que está no val de Mahía,/ hai unha santa famosa/ que lle chaman Santa Minia”, leemos los versos de Luis Tobío Campos, descendiente de aquel que trajo la santa hasta la Mahía. En el “cantigueiro popular” asimismo se hallan varias estrofas en honor de la santa: “Bebín as augas do Sar/ que pon a vos delgadiña/ pra cantar como é debido/ en Brión a Santa Minia”.