Opinión

‘Santuario de Nuestra Señora de Los Milagros’ de Ourense

He ahí el Santuario de Nuestra Señora de Los Milagros. Nos hallamos, en septiembre, en el lugar de Monte Medo, en Maceda, provincia de Ourense. A lo largo de los siglos la devoción se ha ido extendiendo más allá de esta bella comarca gallega. Durante el siglo XVII lo acreditan las ‘Visitas Pastorales’. Si bien no se conserva, existe la certeza de que hubo Libro de Cofradía.
‘Santuario de Nuestra Señora de Los Milagros’ de Ourense
He ahí el Santuario de Nuestra Señora de Los Milagros. Nos hallamos, en septiembre, en el lugar de Monte Medo, en Maceda, provincia de Ourense. A lo largo de los siglos la devoción se ha ido extendiendo más allá de esta bella comarca gallega. Durante el siglo XVII lo acreditan las ‘Visitas Pastorales’. Si bien no se conserva, existe la certeza de que hubo Libro de Cofradía. El que sí ha llegado hasta nosotros es el ‘Segundo Libro’, que data de 1731, muy atractivo por las gentes de variado tipo y condición que en él figuran y debido a la celebridad que ya por aquel entonces tenía el fervor religioso hacia la “Virgen de los Milagros”. “...Una ermita de tanta devoción como ésta”, reafirma en 1632 el obispo de Ourense don Diego de Zúñiga. Cuando con más intensidad se manifiesta, no obstante, la honda transformación es durante el primer tercio del siglo XVIII, el de “Las Luces” y el “Neoclasicismo” como estilo artístico difundido por la cultura francesa.
De tal modo que, no muchos años después, aquella que era nombrada “Nosa Señora do Medo” pasó a ser “Nosa Señora dos Milagres”. La terminología de “Nuestra Señora de la Defensa” es un mero cronicón. Multitudes de personas. Frecuentes milagros. Incesantes limosnas. Y en 1731 se decide, por necesidad, erigir el templo que hoy visitamos. Entre este año y 1740 pertenecen a la ‘Cofradía’ una gran parte del clero diocesano, obispos y canónigos incluidos. En 1794 el administrador señor Nieto Losada obtiene Real Cédula para cuestar en las diócesis de Ourense y Lugo, Tui y Santiago de Compostela, Astorga y Encomienda de Quiroga. Los ‘casteiros’ se distribuyen el campo en una curiosa clasificación de ‘partidos’. El ‘partido’, pongamos por caso, de ‘Castilla’ se inicia en ‘Vilavella de Canda’, a la entrada de la provincia de Zamora, el cual comprende todo el Valle del Tera por Sanabria, y hasta la lejana Quintanilla de Astorga y La Bañeza. Otro ‘partido’ –el ‘do Ribeiro’– alcanza el mar, desde La Guardia a Vigo y Redondela. Los ‘casteiros’ –con ‘peto’ al hombro y en caballería– atraviesan la serranía por cientos de quilómetros: van de familia en familia, siempre acogidos en cariñosa hospitalidad. Rezan una oración ante la ‘Santiña’ y le pagan lo estipulado por la ‘Cofradía’.
Los manoseados ‘cuadernos’ escritos a lápiz nos permiten leer nombres de Asturianos de Sanabria o de Tureno del Sil y Toral de Merayo o Polvorosa. Asimismo de Terra de Lemos, Quiroga o Rúa de Valdeorres. Y de Teilán, Chantada o Monterroso. También de Melide y Gondomar, Val Miñor y Borbén y Salvaterra. Y de Vilar de Perdizes, incluso de Moledo a las riberas del mar de Portugal. Naturalmente, de todas y cada una de las tierras y comarcas de la provincia de Ourense. A manera de curiosidad, rememoremos cómo el arriero Sebastián Castro –de ‘A Roza Vella, Amil de Pontevedra’– bebe la devoción a la ‘Virgen de los Milagros’ en ‘O Ribeiro de Avia’, adonde cada año viene por vino desde 1740 a 1778. De él saben “los abades de Muimenta y Morillas del Santuario de Los Milagros de Ourense”: ambos aparecen en el ‘Libro’ del mentado 1731. Así, la ‘Virgen de los Milagros’ otorga uno de sus prodigios al humilde arriero Sebastián, quien le dedica una imagen con ese nombre, no ‘del Milagro’. Y de esa guisa nació el ‘Santuario de los Milagros de Amil en Moraña’. Otro Santuario –también relacionado con el ‘Santuario de los Milagros de Medo’– estuvo a punto de abrirse entre 1770 y 1786, en Couso de Salas, al sur de Ourense.