Opinión

Rosa Luxemburgo: pacifismo y antimilitarismo europeo

Rosa Luxemburgo nació el 5 de marzo de 1871 en la Polonia rusa y falleció el 15 de enero de 1919, víctima de asesinato llevado a término por su contrincantes –hombres de su propio partido– en medio de las sombras de la noche. Durante su último año de escuela empieza su militancia en el partido revolucionario ‘Proletariado’. Tras haber cumplido los quince años, cuatro dirigentes de esta organización fueron ejecutados.
Rosa Luxemburgo: pacifismo y antimilitarismo europeo
Rosa Luxemburgo nació el 5 de marzo de 1871 en la Polonia rusa y falleció el 15 de enero de 1919, víctima de asesinato llevado a término por su contrincantes –hombres de su propio partido– en medio de las sombras de la noche. Durante su último año de escuela empieza su militancia en el partido revolucionario ‘Proletariado’. Tras haber cumplido los quince años, cuatro dirigentes de esta organización fueron ejecutados. Conocida la decisión de que iba a ser arrestada y deportada a Siberia, huyó clandestinamente, cruzando la frontera escondida bajo el heno de una carreta de campesinos: ahora contaba sólo con dieciocho años. En la universidad de Zurich se gradúa en Derecho. Publica entonces diversos artículos en revistas y dirige el periódico La causa obrera. Y en 1898 traslada su residencia a Berlín. Ingresa en el Partido Socialdemócrata Alemán.
Nos encontramos en 1890. Rosa Luxemburgo se enamora de Leo Jogiches, una de las personas de mayor activismo entre los judíos polacos. Durante largo tiempo mantuvieron, apenas viviendo juntos, una amplia correspondencia político-poética. En 1907 se dejaron, cuando Rosa alcanzaba nombradía en Alemania, mientras Leo iba disipándose dentro del combate social de Polonia. Ya liberada, ella le impidió la entrada en su apartamento y biblioteca. Según opiniones, Rosa vivió un corto pero bello idilio con una compañera; en ese mismo año, comenzó su romance con el hijo de su amiga y camarada Clara Zetkin, un muchacho bastante más joven que ella; lo ayudó a cultivarse en las diferentes gamas del arte, a lo largo de tres años.
Comoquiera que el Partido determina fundar una “escuela de formación” de militantes y sindicalistas, Rosa Luxemburgo es designada para dictar clases como profesora de economía política e historia del socialismo. Por entonces escribe cinco libros acerca del marxismo, puesto que, a su juicio, el partido se estaba escorando “a la derecha”, de modo que sus dirigentes no eran en absoluto auténticamente “revolucionarios” sino pragmáticos. Al salir de imprenta la obra titulada La acumulación del capital, el debate se amplía y diversifica.
Los diputados socialdemócratas, verano de 1913, votaron a favor de un impuesto cuyo destino era el armamento militar. Graves artículos periodísticos de Rosa se publicaron contra el ‘SPD’, su propio partido. Y pronunció un memorable discurso a los obreros alemanes, exhortándolos a no empuñar sus armas enfrentadas a las de obreros de otras nacionalidades. Debido a tan combativa actitud se la juzgó por “incitar a la desobediencia civil”. Asimismo en 1914 –durante una intervención pública– acusó a los militares alemanes de torturar tanto física como psicológicamente a los soldados, de tal modo que el ministro de la guerra la llevó a juicio por “insultar” al ejército”. Más de un millar de víctimas se prestaron a ofrecer sincero testimonio en su defensa.
Una revista satírica publicó por entonces una curiosa caricatura: una mujer menuda juzga a un general sentado en el banquillo de los acusados, en tanto que esqueletos uniformados ocupan sus asientos como testigos. ¡Inversión de los “roles” en la corte que la juzgaba! Publicó, merced a Clara Zetkin, distintos artículos en el periódico La Igualdad. Por su lucha pacifista y antimilitarista, padeció cárcel y hasta la muerte, como nos explica La Agenda de las Mujeres. Solteras, Instituto de la Mujer, Madrid, 2009.