Opinión

Retrato de Lawrence de Arabia por Richard Perceval Graves

¿Quién fue de verdad Lawrence de Arabia? ¿Un héroe? ¿O un mitómano? ¿Tal vez un ‘segundo Napoleón’? ¿Y por qué no un farsante? ¿Un defensor de los derechos árabes o quizá un espía al servicio de Gran Bretaña? Richard Perceval Graves es el autor de Lawrence de Arabia, ‘Salvat Editores, S.A.
Retrato de Lawrence de Arabia por Richard Perceval Graves

¿Quién fue de verdad Lawrence de Arabia? ¿Un héroe? ¿O un mitómano? ¿Tal vez un ‘segundo Napoleón’? ¿Y por qué no un farsante? ¿Un defensor de los derechos árabes o quizá un espía al servicio de Gran Bretaña? Richard Perceval Graves es el autor de Lawrence de Arabia, ‘Salvat Editores, S.A.’, Barcelona, 1987, versión española de la obra original inglesa titulada Lawrence of Arabia and his world, ‘Thames and Hudson’ de Londres. La traducción del inglés corrió a cargo de Jesús A. Marinas. El autor británico de esta espléndidamente documentada obra es sobrino del que fuera también biógrafo y amigo de Lawrence, el célebre poeta y escritor Robert Graves.

“Realmente es la suya una personalidad excepcional. Medularmente un civil, entregó su vida a los ejércitos. Intelectual apasionado por las ‘Cruzadas’ (sobre las que versa su tesis doctoral), ve su interés mudado hacia los árabes –asevera Manuel Díez Alegría en su ‘Prólogo’ cuyo título es ‘Un héroe entre la gloria y el dolor’–. Scholar de pura cepa, viene a sobresalir destacadamente como estratega y táctico sobre todos los de su tiempo. Introvertido, atormentado, sensible, se convierte en un arrebatado y arrebatador conductor de pueblos. Y al fin, después de su apogeo, como los veteranos de la vieja balada inglesa, se desvanece en el olvido antes de morir oscuramente”.

Militar y agente político británico, Thomas Edward Lawrence –más conocido como Lawrence de Arabia– es una de esas figuras tan desconcertantes como controvertidas del siglo XX. Nació en Tremadoc, en Gales, en 1888. Estudió Historia en la Universidad de Oxford, realizando entre 1910 y 1914 diversas excavaciones arqueológicas en Siria, Mesopotamia y Egipto, si bien no pocos autores sostienen que en realidad lo que hacía era un trabajo de espionaje. Siendo el máximo organizador de la revuelta árabe contra los turcos, cumplió numerosas operaciones en el desierto que dieron como resultado la toma de Damasco, en 1918. Una vez acabada la Primera Guerra Mundial, fue uno de los responsables de la creación de los reinos de Hidjaz, Irak y Transjordania. Propugnando la defensa de los derechos del pueblo árabe, estimó que éstos habían sido traicionados cuando Francia logró un mandato sobre Siria. Entonces renunció a su grado de coronel en el ejército y demás cargos políticos. Combatiente del desierto, sus hazañas se propagaron míticamente entre sus contemporáneos, envueltas en un seductor halo romántico. Su término, no obstante, fue sólo prosaico, ya que murió a causa de un accidente mientras conducía su moto. No puede olvidarse que Lawrence fue asimismo un excelente escritor, entre cuyas obras mencionaremos singularmente un relato completo de sus aventuras y campañas entre los árabes: Seven Pillars of Wisdom.

Richard Perceval Graves nos convida a interiorizarnos –a lo largo de 9 capítulos, con su ‘cronología’, ‘testimonios’ y ‘bibliografía’ pertinentes– en “un joven arqueólogo” y “espía en el Sinaí”. Nos conduce a “la rebelión árabe” y “bajo el sol de Hidjaz”. Nos convoca al grito de “¡al-Urenz!”. Nos sugiere “el camino hacia Damasco”. Nos explica “la causa de Feisal”. Y nos trasporta, en fin, a sus “años de angustia” y a los “siete pilares de la sabiduría”. “Su boca sonreía con frecuencia; las comisuras se levantaban suavemente en una extraña curva que tenía algo de amenazador, el anuncio de algún peligro –escribió Eric Kennington–. Sus ojos poseían una transparencia animal…”.