Opinión

Rafael Alberti no vende... la División Azul sí

Cualquiera que camine por A Coruña podrá dar un paseo por la plaza general Mola, la Álferez Provisional, el paseo de José Antonio Primo de Rivera, la calle División Azul. La principal y única vía de entrada y salida a la ciudad se llama Alfonso Molina (alcalde fascista puesto a dedo por el dictador Francisco Franco Bahamonde) hasta que se estrecha la entrada y cambia su nombre por el de ‘Generalísimo Franco’.
Rafael Alberti no vende... la División Azul sí
Cualquiera que camine por A Coruña podrá dar un paseo por la plaza general Mola, la Álferez Provisional, el paseo de José Antonio Primo de Rivera, la calle División Azul. La principal y única vía de entrada y salida a la ciudad se llama Alfonso Molina (alcalde fascista puesto a dedo por el dictador Francisco Franco Bahamonde) hasta que se estrecha la entrada y cambia su nombre por el de ‘Generalísimo Franco’.
Este escenario ‘callejero’ se repite en muchas ciudades españolas 37 años después de la muerte del dictador, donde se loa al bando fascista-filonazi, con monumentos, escudos preconstitucionales, calles y honores municipales.
Los dos principales partidos españoles han hecho de este asunto una comunión de difícil digestión cada vez que nos recuerdan que el Estado español es un Estado democrático. El Partido Popular (PP), aún más indecentemente, oponiéndose a la retirada de títulos y calles a Franco, Millán Astray, etc, y el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) haciendo leyes vergonzosas y paupérrimas de indemnización por años de cárcel a quienes la sufrieron injustamente durante la dictadura, o como la de Memoria Histórica, extemporánea y vacía de contenido; esperaron a que muriera el 99,99 de los brigadistas internacionales para reconocer su desinterés y valentía en la lucha por la democracia, ya no hablemos del baremo para reconocer a una persona como exiliada, que según las autoridades administrativas democráticas españolas tenía como fecha tope de salida 1954… ¿pero la democracia no llegó en 1977?
La extrema derecha española, en el poder en el Estado español desde 1492 con la salvedad de la derecha moderada de la II República y la derecha socialdemócrata del PSOE, no tiene problema en retirar honores a aquellos que consideran que no “comulgan” con sus ideas, o como dicen ahora: “que no venden”.
Yo conocí a Rafael Alberti en persona en 1986. En un banco de la calle Princesa, en la plaza de la cafetería ‘VIPS’ de Plaza de España, le dibujaba una paloma de la paz en un papel a todos los niños que se le acercaban. No las vendía, y en eso tiene razón el PP de Huércal-Olvera (Almería) que decidió quitarle su nombre al teatro local porque “Alberti no vende”. La otra razón para retirarle el nombre al teatro fue que la decisión de bautizar el teatro con el nombre del poeta andaluz no fue “democrática”; y la verdad es que al final hacen lo que quieren y aquí nadie dice nada.
También 500 años mandando… amansan a cualquier fiera que es la forma de mandar “democráticamente” ciertos partidos que confunden ser elegidos con una patente de corso.