Opinión

Racismo

Una ola de racismo se apoderó de España con motivo de la Copa del Mundo de Sudáfrica. Hay muchos que creen que el racismo es una cosa de blancos contra negros, pero no es así. Los medios la tomaron con Maradona como nunca lo harían con un entrenador europeo. Desde reirse de su traje hasta de su puro, todo da igual. Lo que los medios difunden los ciudadanos de a pie lo magnifican.
Una ola de racismo se apoderó de España con motivo de la Copa del Mundo de Sudáfrica. Hay muchos que creen que el racismo es una cosa de blancos contra negros, pero no es así. Los medios la tomaron con Maradona como nunca lo harían con un entrenador europeo. Desde reirse de su traje hasta de su puro, todo da igual. Lo que los medios difunden los ciudadanos de a pie lo magnifican. No hay más que entrar en internet, en los chats, para ver cómo ponían los españoles, ciudadanos del mal llamado ‘primer mundo’ a los humildes paraguayos. La descalificación y el insulto se hacía extensivo a los millones de latinoamericanos que en el Estado español limpian casas, cuidan ancianos, sirven cafés, y realizan los trabajos que muchos españoles no quieren hacer.
Hay racismo desde el momento en que hay inmigrantes, todo el mundo es tolerante cuando no tiene nada que tolerar; todos abren puertas y brazos… cuando no viene nadie. Los chistes insultantes contra los gallegos en Argentina y Venezuela también son racismo. Cuando me los contaban y me decían que era poco tolerante al no hacerme gracia, invitaba a que hiciésemos el chiste al revés, en lugar de ser el protagonista mi padre y mi madre, que fuera el protagonista el padre y la madre del que contaba el chiste. Tal vez así me hiciese más gracia y podría medir su nivel de tolerancia.
¿Es necesario insultar y degradar para reír? Las respuestas violentas lo son muchas veces a constantes agresiones, son los estallidos sociales que la gente no entiende porque no quiere.
Los venezolanos en las buenas épocas económicas de la Venezuela Saudita aseguraban que los ranchos que circundaban todas las grandes ciudades estaban habitados por colombianos. Otra forma más de racismo. ¿Alguien se cree todavía todo ese cuento? Admitimos como verdades las ruedas de molino con las que comulgamos… y así no se va a misa.