Opinión

Primeras máquinas de escribir y avances industriales

El inventor de la primera máquina de escribir fabricada de forma industrial –la denominada The Type Writer– fue el editor de prensa y a la vez político Christopher Latham Sholes, quien cooperó con Charles Glidden en diferentes empresas. Fruto de la fusión de ambos con un impresor local llamado Samuel Soule, vio la luz una ingeniosa máquina que era capaz de imprimir automáticamente “tickets” de ferrocarril sucesivos.
Primeras máquinas de escribir y avances industriales
El inventor de la primera máquina de escribir fabricada de forma industrial –la denominada The Type Writer– fue el editor de prensa y a la vez político Christopher Latham Sholes, quien cooperó con Charles Glidden en diferentes empresas. Fruto de la fusión de ambos con un impresor local llamado Samuel Soule, vio la luz una ingeniosa máquina que era capaz de imprimir automáticamente “tickets” de ferrocarril sucesivos. “Fueron evolucionándola hasta que en 1867 consiguió escribir ‘C. LATHAM SHOLES SEPTEMBER 1867’. Los modelos experimentales fueron enviados a escritores profesionales con instrucciones para realizar ‘test’ que les permitiesen localizar posibles fallos; de ahí que en 1873 la máquina de escribir de Sholes y Glidden no se parecía a los primeros prototipos”, señalan los estudiosos David Barro y Alfredo Sirvent en el espléndido ‘Libro-Catálogo’ editado por la ‘Consellería’ de Cultura de la ‘Xunta de Galicia’ con motivo de la Exposición ‘La historia escrita a máquina’ en la ‘Cidade da Cultura’, situada en el paraje de Monte Gaiás en Santiago de Compostela.
Convendría recordar que las primeras máquinas exhibían una enorme variedad de arreglos en el teclado: unos eran circulares; algunos tenían teclas mientras otros tenían minúsculas en orden alfabético para una más fácil referencia. Porque, en efecto, se tuvo en cuenta que, si las personas conociesen su alfabeto –y muchas de ellas lo aprendían–, entrañaría menor dificultad localizar la letra requerida. E igualmente que, si se trataba de buscar números, éstos deberían estar en orden numérico como, de hecho, todavía están. Ahora bien, el señor Sholes –el cual en 1873 produjo la primera máquina– muy pronto se encontró con dificultades. Tantas que su cuñado, que era matemático, lo ayudó a concebir un teclado en el que las letras pudieran partir de distintas direcciones sin chocar entre ellas. De tal manera que el creador Sholes estableció el teclado actual en el cual las primeras letras son QWERTY. Asimismo otros creadores adoptaron el teclado denominado “qwerty” con ligeras variaciones. Y aquellos que poseían doble cambio en tres bancos de letra arreglaron fichas de esta forma, ocurriendo lo mismo con aquellos que tenían doble bancada. Y los que no hicieron esto desaparecieron por completo.
Merece resaltarse asimismo la aportación de Franz Xavier Wagner, quien fue uno de los participantes en la construcción de la afamada Remington en 1873, de la Caligraph, de la Yost, y lo más destacado de todo: el diseño de la mítica máquina de escribir Underwood. “Wagner inventó la unión entre la línea de linotipia y la llave de palanca que, con variaciones, sigue utilizándose hoy en día”, prosiguen en su trabajo histórico-industrial David Barro y Alfredo Sirvent, añadiendo: “Junto a su padre desarrolló la idea de segmento y barras, que ha sido incorporada en las máquinas de escribir portátiles. Wagner ofreció su máquina a Remington Company en 1897; pero también fundó The Wagner Typewriter Manufacturing Company en Nueva York, a fin de producir su nuevo modelo, y unió sus fuerzas a la Underwood Typewriter Company. Se comercializó en 1898 como la primera máquina completamente visible con palanca de retroceso”.
Al comenzar el siglo XX se manifiestan señaladas novedades. Por una parte, la comercialización de la Underwood número 5, que será la máquina de mayor venta de la historia; por otra, la estadounidense Blickensderfer Manufacturing Company produce la primera máquina de escribir eléctrica.