Opinión

Patriotas del mundo, uníos (a China y Suiza)

Ahora que los países de América Latina recuperan, poco a poco pero sin pausa, su orgullo frente al abuso económico y cultural de la decadente España, debe dar gusto ver la bajada de pantalones del rey ibérico admitiendo la dependencia que tiene España (sus empresas, pues los políticos españoles representan a sus empresas, no a su gente) de los enormes recursos americanos para salir de su crisis económica.
Patriotas del mundo, uníos (a China y Suiza)

Ahora que los países de América Latina recuperan, poco a poco pero sin pausa, su orgullo frente al abuso económico y cultural de la decadente España, debe dar gusto ver la bajada de pantalones del rey ibérico admitiendo la dependencia que tiene España (sus empresas, pues los políticos españoles representan a sus empresas, no a su gente) de los enormes recursos americanos para salir de su crisis económica. El eurocentrismo tragando su superioridad colonial, como se muestra a grandes trazos con el mundo africano a pesar de que –como en la balanza comercial americana, aunque cueste creerlo– es más lo que nos da África (a las multinacionales europeas que arrollan medio continente) que las limosnas que les ofrecemos en forma de empleos precarios y bocadillos en las fronteras. Y ahora se ha puesto de moda, de manera premeditada, un discurso contra China y su crecimiento económico para buscar un culpable extranjero (los españoles nunca tenemos la culpa de nada, el contubernio, etc.) a la creciente pobreza, desigualdad y desempleo. Como siempre, es un discurso patriotero creado arriba y que siguen con papanatismo los de abajo, aunque les perjudique. Se da la circunstancia de que esos patriotas de arriba son los mismos que han llevado sus empresas españolas a crear empleo en China y sus obligaciones fiscales a Suiza, y son los que han dejado sin trabajo y sin ayudas públicas a millones de españoles, no tan españoles como ellos.