Opinión

Norbert Huse y la trascendencia arquitectónica de Le Corbusier

Charles Édouard Jeanneret –más adelante conocido bajo el nombre de Le Corbusier– nació en el pueblo suizo de La Chaux-de-Fonds en 1887. Dentro de una familia de artistas y grabadores, inició sus estudios en la ‘École d`Art’ de su ciudad natal, dirigida por L`Eplattenier. Desde 1906, cuando empezó a viajar por Europa y el Próximo Oriente, supo del trabajo de señalados arquitectos europeos.
Norbert Huse y la trascendencia arquitectónica de Le Corbusier

Charles Édouard Jeanneret –más adelante conocido bajo el nombre de Le Corbusier– nació en el pueblo suizo de La Chaux-de-Fonds en 1887. Dentro de una familia de artistas y grabadores, inició sus estudios en la ‘École d`Art’ de su ciudad natal, dirigida por L`Eplattenier. Desde 1906, cuando empezó a viajar por Europa y el Próximo Oriente, supo del trabajo de señalados arquitectos europeos. Al cabo de once años se instaló de modo definitivo en París, donde colaboró con el pintor Ozenfant, fundando ambos el movimiento “purista” al igual que la revista L´Esprit Nouveau. Ya en 1924, inauguró su afamado estudio en la ‘rue de Sèvres’, nº 35, en el cual continuó hasta su muerte. Por él –entre 1925 y 1965– desfilaron alrededor de doscientos arquitectos de todo el mundo. Merced al proyecto presentado al concurso para el Palacio de las Naciones de Ginebra, en torno a la década de 1930, dio comienzo el primer periodo fecundo de actividad de Le Corbusier. A esta época asimismo pertenecen el Pabellón Suizo de la Ciudad Universitaria y la Ciudad Refugio de París. E igualmente el proyecto para el Palacio de los Soviets de Moscú. Transcurridos estos años, se aplicó a actividades urbanísticas por diversos continentes. En 1928 se fundaron los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (‘CIAM’), en los cuales Le Corbusier ejerció un eficacísimo papel. Él fue el autor de la célebre ‘Carta de Atenas’, el documento del ‘CIAM IV’. A lo largo de los postreros veinte años de su vida, el ímprobo trabajo de Le Corbusier fue admirable, manteniéndose en la vanguardia de la arquitectura internacional hasta su muerte en 1965.
“Fue precisamente en los esfuerzos iniciales de la reconstrucción post-bélica cuando Le Corbusier pudo edificar el primer ejemplo de su teoría urbana y residencial: la ‘Unité’ de la ciudad de Marsella. En ella, por un lado, iniciaba, aparentemente, un estilo nuevo en que la expresión brutal del hormigón con su nueva plasticidad venía a sustituir a la geometría de su antigua vocación ‘purista’. La ‘Unité’ y, más aún, las obras que le siguieron se consideraron como un ‘segundo estilo’ de Le Corbusier, en ruptura total con el anterior”. Así leemos en el ‘Prólogo’ de Oriol Bohigas –titulado ‘Le Corbusier, una voluntad revolucionaria’– al libro biográfico escrito por Norbert Huse en lengua alemana Le Corbusier, publicado por ‘Rowohlt Taschenbuch Verlag’, GMBH, Hamburgo, cuya traducción al español corrió a cargo de Rosa Pilar Blanco, para ‘Salvat Editores, S.A.’, Barcelona, 1985.
Norbert Huse –profesor de la Universidad de Munich– es autor de diversos trabajos acerca de temas arquitectónicos. Fundamentalmente en distintos escritos y numerosos artículos del propio Le Corbusier, ahonda en su vida y obra: en el arquitecto universal que ha sido nombrado el ‘Picasso de la Arquitectura’. Pues, en efecto, empleó el “lenguaje de las formas” con singular originalidad, exteriorizando a través del mismo la “revolución funcional de la vivienda”, a la que él denominó como una “máquina para vivir”. Nueve capítulos, notas, cronologías, testimonios y bibliografía con que nos obsequia la obra de Norbert Huse. “De grabador a arquitecto”, “concepción del mundo y estética” y “máquinas para vivir”. “Edificios públicos”, “urbanismo” y “naturaleza y vida sencilla”. “La vida en comunidad”, “Chandigarh” y “las creaciones tardías”. “Le Corbusier jamás tuvo miedo de que el medio urbano se tornara incontrolable, amorfo y caótico”, escribió Norma Evenson en 1969.