Opinión

La duda que no ofende

Acaba de saberse que parte de la boda de la hija del expresidente del Gobierno (1996-2000, 2000-2004) José María Aznar López y Ana Botella Serrano (actual alcaldesa de Madrid) fue pagada por la trama mafiosa de la ‘Gürtel’ encabezada por el empresario, afín al Partido Popular (PP) por razones obvias e ideológicas, Francisco Correa Sánchez.

Acaba de saberse que parte de la boda de la hija del expresidente del Gobierno (1996-2000, 2000-2004) José María Aznar López y Ana Botella Serrano (actual alcaldesa de Madrid) fue pagada por la trama mafiosa de la ‘Gürtel’ encabezada por el empresario, afín al Partido Popular (PP) por razones obvias e ideológicas, Francisco Correa Sánchez. A pesar de que la investigación comenzó en febrero de 2009 es tanta la información y las conexiones de la trama con los Gobiernos anteriores del Partido Popular (los dos de Aznar y todos los autonómicos del PP) que aún tardaremos en ver en la cárcel a sus principales responsables.
Se supo del pago de parte de la boda de la hija de José María Aznar por una carpeta en uno de los escondites de la trama, lo curioso es que la carpeta había sido descubierta por la Guardia Civil hace dos años, a pesar de haberlo sabido ahora.
Tampoco se supo hasta ahora que el presidente del Senado, el político del PP, Pío García Escudero, cobró sobresueldos durante varios años (entre 1999 y 2003 en efectivo), del Partido Popular la cantidad de 58.899 euros anuales, además de su salario como senador. García Escudero había sido uno de los que aparecían en la llamada ‘lista de Bárcenas’ (en la que aparece también el presidente del Gobierno Mariano Rajoy Brey) como destinatario de pagos periódicos en efectivo sin motivo aparente y, por el momento, sin que se sepa el orígen de todos esos sobresueldos en ‘negro’, o en ‘B’ que dice el lenguaje popular.
Esta flagrante relación del expresidente de Gobierno Aznar y su familia, del actual presidente de Gobierno Mariano Rajoy, de sus eurodiputados (Jaime Mayor Oreja entre ellos) sus diputados, senadores, responsables autonómicos, concejales, etcétera, con la corrupción, la única sangre que ha traído es la de la tinta a los periódicos, aquí nadie se ha sentido ni ofendido ni intimidado.
La conmutativa alcaldesa de Madrid y mujer de Aznar, Ana Botella Serrano, es otra de las implicadas por acción u omisión en el entramado corrupto que pagó parte de la boda de su hija. Hace poco se le preguntó si el dinero que la trama mafiosa había dado para la boda de su hija no era una “inversión” de la trama que más adelante recibiría determinadas contrapartiadas, Ana Botella contestó: “la duda ofende”.  
Los más ‘ofendidos’ son los ciudadanos que se saben gobernados por una trama que llegó a ser y es parte del Gobierno español desde hace muchos años, y esa certeza, que no duda, es la que más les ofende.