Opinión

‘Fuera de contexto’ (tomo 2) de Don José Gobello

‘Fuera de contexto’ (tomo 2) de Don José Gobello

“Durante el desarrollo de la guerra civil planteada por el Ejército Montonero, el Ejército Revolucionario del Pueblo y otras ‘formaciones especiales’, la actividad cultural continuó normalmente en la Argentina, sin otras restricciones que aquéllas convertidas en costumbre desde el primer gobierno de Perón iniciado el 4 de junio de 1946. Ciertamente, algunos artistas del canto y de la escena no pudieron trabajar normalmente. Lo mismo le había ocurrido a Libertad Lamarque durante el régimen peronista y a Delia Rigal durante el impuesto por la Revolución Libertadora. La radiofonía y la televisión, estatizadas por el peronismo, continuaron funcionando como apéndice del poder político, lo cual significaba que algunos artistas y comunicadores estuvieran expuestos a vetos más o menos oficiales o a prohibiciones dictadas por la ignorancia o el resentimiento”. Así escribe Don José Gobello, fallecido el 28 de octubre de 2013 en la capital porteña y quien durante varios lustros fuera miembro fundador y presidente de la Academia Porteña del Lunfardo de Buenos Aires, en la ‘Nota bene’ de su libro Fuera de contexto (tomo 2), Ediciones ‘Prensa Subterránea’, Buenos Aires, 1999.

¿Los dedicatarios de su obra? El diputado nacional Lucio V. Mansilla, el presidente de la Nación Luis Sánchez Peña, el presidente de la Nación Juan Domingo Perón, el presidente de la Nación Raúl Alfonsín, los senadores nacionales Luis León, Alberto Fonrouge y Fernando de la Rúa, el periodista Horacio Verbitsky, el juez Martín Irurzún, el senador nacional Oraldo Brito, el vicepresidente de la Nación Víctor Martínez y todos los esforzados adalides de las libertades democráticas que defienden al pueblo argentino “de los riesgos que conlleva la libre circulación de las noticias y la confrontación de las ideas”.

Puesto que este libro es continuación de aquél de idéntico título bajo el epígrafe de ‘tomo 2’, nos encontramos ante la lectura del ‘opus 82’ con ‘Cartas a Magdalena’, con el ‘opus 83’, cuyo título es ‘La libertad de prensa’, el ‘opus 84’, ‘Reivindicación del ‘Correo de Comercio’ de Buenos Aires’ y con el ‘opus 85’, cuyo título es ‘La libertad de prensa, según Moreno’, además de un ‘índice onomástico’. “La señora Ruiz Guiñazú ha pasado, en una metamorfosis relativamente veloz, de comunicadora a luchadora –agrega el filólogo y periodista Gobello–. Utiliza el micrófono –la pantalla de la ‘tevé’ le ha sido esquiva– como un arma en defensa de una causa que coincide punto por punto con la de los terroristas. Incapaz de escuchar una réplica, maneja dictatorialmente el tiempo radiofónico y la llave del aire. Parapetada detrás de esa llave mágica convoca con llamativa preferencia a la hez del paraterrorismo –y aun del terrorismo– para que esparza semillas de odio con la tenacidad con que sabía hacerlo John William Cooke, el ideólogo preferido de las ‘formaciones especiales’, sobre todo después de su entrenamiento en Cuba”.

Antes de la publicación de las cartas dirigidas a la Sra. Magdalena Ruiz Giñazú, el ya desaparecido profesor Gobello le escribía el 10 de noviembre de 1995: “Desde hace años escucho su programa de Radio Mitre, aunque nunca completo, por razones de tiempo, sino a ratos, mientras realizo tareas que no requieren concentrar demasiado la atención; por ejemplo, la de afeitarme. Su pensamiento casi nunca coincide con el mío y es por eso, precisamente, que me interesa; porque me estimula a repensar lo que creo tener definitivamente pensado”.