Opinión

Evocación de la figura ferrolana de Concepción Arenal

“Concepción Arenal nació en una modesta casa del barrio de Ferrol Viejo un 31 de enero de 1820. Su niñez transcurrió en la ciudad de La Coruña.
Evocación de la figura ferrolana de Concepción Arenal
“Concepción Arenal nació en una modesta casa del barrio de Ferrol Viejo un 31 de enero de 1820. Su niñez transcurrió en la ciudad de La Coruña. Su padre, liberal constitucionalista, fuera sargento mayor y secretario político del Gobierno Superior de la Provincia de Galicia en 1820”, me expresa la tan apreciada y entrañable señora Francisca Díaz Rojo de Lamas, ferrolana de campanillas y residente en la finca ‘Abresa’ a orillas de las olas que acarician los arenales de Valdoviño. El padre de Concepción Arenal, debido a la severa represión absolutista, padeció persecución, cadena y destierro. Tales sufrimientos lo arrastraron a la muerte a los 39 años. Para su hija aquel recuerdo del venerado progenitor se convertiría en una brújula para la comprensión y compasión del dolor humano.
En 1829 se va Concepción Arenal con su madre –de quien recibirá una completa formación religiosa– a la población de Armaño, en las tierras y costas cántabras de Santander. Ya en 1834 se halla instalada en Madrid a fin de estudiar en un colegio de los nombrados ‘de señoritas’. Luego de siete años y pese a la oposición materna, entra –por vez primera en la Universidad española– como ‘oyente’ dentro de las aulas de la Facultad de Derecho, disfrazada con indumentaria masculina. Asimismo vestida de caballero, forma parte de las tertulias políticas y literarias, rompiendo de esta guisa los tradicionales moldes que correspondían a la condición de mujer de su época. Finalizó su carrera y en 1848 se casó con el también abogado y escritor Fernando García Carrasco. En posteriores años el matrimonio colaboró en el diario liberal Iberia, pero en 1887 falleció su esposo, quedando con los mínimos recursos económicos.
Durante su vida Concepción Arenal no fue tan sólo una prolífica escritora teórica de renombrado talento, sino que, amorosa y tenazmente, llevó a la práctica sus ideas, cuya inspiración radica en los clásicos principios de “libertad, justicia y caridad”. En 1859 decidió fundar en la villa santanderina de Potes, donde residió tras vender sus bienes de Armaño por carencias económicas, el grupo femenino de las ‘Conferencias de San Vicente de Paúl’ con el propósito de ayudar a pobres y necesitados. Al cabo de dos años, en 1861, la Academia de Ciencias Morales y Políticas la premió por su Memoria titulada ‘La Beneficiencia, la Filantropía y la Caridad’. Se trataba de la primera ocasión en que la Academia galardonaba a una mujer. Y en 1863 también se erige en la primera mujer que recibe el título de ‘Visitadora de Prisiones de Mujeres’. Vive durante esta época en La Coruña y, en tres oportunidades, visita las cárceles existentes en Galicia.
Después de haber sido designada como ‘Visitadora de Prisiones de Mujeres’, en 1868 Concepción Arenal es nombrada ‘Inspectora de Casas de Corrección de Mujeres’. Transcurridos tres años, sale de imprenta para ver la luz en Madrid La Voz de la Caridad, revista fundada por A. Guerola y Arenal y en la cual escribe a lo largo de catorce años, destapando y poniendo en la palestra aquellas miserias y calamidades de la sociedad que la rodeaba. Y en 1872 funda la ‘Constructora Benéfica’: una sociedad filantrópica de las llamadas ‘casas baratas’ para obreros. Igualmente organiza en España la ‘Cruz Roja de Socorro’ para los heridos de la guerra carlista, sienda voluntaria varios meses al frente de un hospital en Miranda de Ebro.