Opinión

¿Dónde está la diplomacia europea? El interés y la bala

La invisible ministra de Exteriores de la Unión Europea, Catherine Ashton, es fiel al dicho de “brillar por su ausencia”. Mucho cacique para poco indio que dirían los venezolanos.
¿Dónde está la diplomacia europea? El interés y la bala
La invisible ministra de Exteriores de la Unión Europea, Catherine Ashton, es fiel al dicho de “brillar por su ausencia”. Mucho cacique para poco indio que dirían los venezolanos. Hoy habla Nicolás Sarkozy sobre Libia, pasado mañana José Luis Rodríguez Zapatero sobre Palestina, un poco más adelante David Cameron le echará un capote al amigo Barack Obama para turnarse en la dirección de la masacre sobre el pueblo libio… y aquí nadie dice nada que valga algo.
Catherine Ashton, ministra de Exteriores de la Unión Europea está borrada del mapa, aquel dicho iberoamericano de “nunca faltes al trabajo para que no se den cuenta que tu presencia no es necesaria” podría ser empleado a la baronesa Ashton. En un mundo donde las mujeres llegan a puestos de mucha responsabilidad nos encontramos a las ministras de Exteriores y Defensa del Estado español, Trinidad Jiménez García-Herrera y Carme Chacón Piqueras, completamente a las órdenes del amigo americano. Atrás quedaron los días de rosas y vino en los que se pretendió crear una Alianza de Civilizaciones sin matar al contrario. ¿Para eso queremos mujeres mandando?
Arrasando a estas mujeres europeas con puestos de mando está la brasileña Dilma Rouseff que defendió el derecho de Palestina a tener un Estado propio y exigió el cese de los bombardeos sobre Libia.
En la reciente visita del presidente Barack Obama a Brasil, por primera vez Brasil no recibió exigencias para el cumplimiento de los derechos humanos o la democracia; al contrario, fue Estados Unidos el que recibió demandas de la presidenta Dilma Rouseff.
Mientras, la diplomacia europea, en donde pone el interés pone la bala.