Opinión

Custodia

Es asombroso cómo se delatan los carcas más rancios cuando, a pesar de tratar de convencernos de su visión aparentemente progresista, se tocan determinados temas relacionados con las ‘buenas costumbres’.
Es asombroso cómo se delatan los carcas más rancios cuando, a pesar de tratar de convencernos de su visión aparentemente progresista, se tocan determinados temas relacionados con las ‘buenas costumbres’. Hay en España un nuevo canal televisivo de ultraderecha (en el sentido que está muy a la derecha de las convencionales cadenas de siempre) cuyos únicos programas estelares son tertulias políticas que alarman del peligro de la ‘amenaza roja’ que representa un tipo de centro (de centro-derecha para cualquier trabajador en precario) como Rodríguez Zapatero. En uno de esos programas, un jurista que se encontraba a sus anchas en el programa arremetía, con mucha lógica, contra la ley contra la violencia de género y denunciaba que, ciertamente, esta ley sanciona más al hombre que a la mujer por cometer el mismo delito de violencia en la pareja. Lo cual es discutible desde el punto de vista jurídico (de hecho, yo estaría de acuerdo con el tertuliano) aunque desde el político exista una justificación fácilmente argumentable en la realidad diaria del machismo. Lo disparatado de la intervención del tertuliano, jaleado por el presentador y sus compañeros, es que, preguntado por la custodia de los hijos en caso de separación, respondió que es normal que se dé la custodia siempre a la mujer porque, según sus palabras, “es lo natural que la mujer cuide a los niños”, y que el hombre, por cuestión de género, quede marginado legalmente para poder cuidar a su hijo aun siendo mejor padre que su compañera de turno. Qué fácil es hacer demagogia.