Opinión

El cirujano Don Manuel Antonio Casal de Anido en Buenos Aires

“El 4 de junio de 1781 nacía Casal de Anido, en jurisdicción de la parroquia de San Andrés de Cedeira, Redondela. Otros autores sitúan el nacimiento en la Cedeira coruñesa, pero justo es ratificar el origen pontevedrés de nuestro magno personaje. Era hijo de D. Luis Casal y Dª Juana de Rosa de Anido, y con sus padres se trasladó a Buenos Aires, donde fijaron residencia”. Así inicia el capítulo titulado “Dr. D.
El cirujano Don Manuel Antonio Casal de Anido en Buenos Aires
“El 4 de junio de 1781 nacía Casal de Anido, en jurisdicción de la parroquia de San Andrés de Cedeira, Redondela. Otros autores sitúan el nacimiento en la Cedeira coruñesa, pero justo es ratificar el origen pontevedrés de nuestro magno personaje. Era hijo de D. Luis Casal y Dª Juana de Rosa de Anido, y con sus padres se trasladó a Buenos Aires, donde fijaron residencia”. Así inicia el capítulo titulado “Dr. D. Manuel Antonio Casal de Anido, cirujano” el comandante y escritor argentino de origen gallego Horacio Guillermo Vázquez en su estudio monográfico Héroes del Tercio de Gallegos, Excma. Diputación Provincial, Pontevedra, 2003. Rememoremos cómo describe un cronista de su época: “Cuando el niño Antonio llegó a edad escolar, se le envió a cursar los estudios primarios en una de las contadas escuelas que existían en esa época”. Más tarde, en el Real Colegio de San Carlos estudió filosofía y física experimental, pues tales conocimientos resultaban imprescindibles para acceder a estudios superiores. Fue en abril de 1800 cuando recibió el aprobado en Filosofía, interviniendo como uno de los jueces del tribunal calificador su respetado paisano y sacerdote Dr. Melchor Fernández, quien, transcurridos unos años, habría de ser su compañero en el ‘Tercio de Gallegos’ en el cargo de capellán.
Durante los días 26 y 27 de febrero de 1802 –asistiendo el Pleno del Cabildo Ayuntamiento de todos los profesores de Medicina y Cirugía– tuvieron lugar los ejercicios públicos de Anatomía. El Dr. Argerich presidía el tribunal, que otorgó a los 13 presentados la “unánime calificación de excelentes”. Y entre ellos, Manuel Antonio Casal de Anido. En julio de ese mismo año de 1802 cursó el segundo ciclo de sus estudios médicos, aprobándolos al año siguiente. Si hemos de mencionar a algunos espectadores que asistieron a los exámenes –norma digna de tenerse en cuenta–, no podríamos saltarnos los reconocidos nombres de D. Félix de Azara y de su paisano gallego D. Pedro Cerviño, quienes en la política virreinal ocupaban los cargos de oficiales de las partidas de demarcación de límites con el Brasil.
No sería en vano traer a la palestra aquel espíritu reinante en el Río de la Plata que trataba de dignificar el ejercicio médico, atenuando así las penosas prácticas del curanderismo en la vida social de Buenos Aires, donde, debido a la intervención del virrey Vértiz, se creó un denominado ‘Protomedicato’. Mas ya el 4 de febrero de 1781 se había constituido este relevante estudio superior de la Medicina. El Dr. Casal, según aquel testimonio de su época, “supo aprovechar el tiempo, ejerciendo con actividad y celo, las serias y variadas funciones que, por la carta constitutiva, se le habían encomendado. El primer protomédico era, a la vez, director general de los hospitales de Montevideo y de Buenos Aires, con particular encargo de velar por su buena marcha administrativa y técnica. La tarea de los exámenes de reválida e idoneidad iban en aumento, dado el mayor número de licenciados, cirujanos y flebótomos que abandonaban la Península en busca de mayor fortuna”.
De manera que en 1799 tuvo efecto la creación de la Facultad de Medicina y Cirugía. Catedrático de Medicina fue nombrado el Dr. D. Miguel Gorman; de Cirugía, el Dr. D. José de Capdevila.