La ‘Casa de Madrid’ en Argentina y Carlos Pérez Villamil
“La ‘Casa de Madrid’ en Argentina tiene el agrado de invitarlo a la inauguración de la Exposición ‘Ópera Prima’ con Obras de los Alumnos de los Talleres de Plástica de la Institución, dictados por el Artista Plástico Carlos Pérez Villamil. Presentación a cargo de la Dra. María del Pilar Berzosa. Del 7 al 20 de noviembre de 2008. Visita, de lunes a viernes de 10 a 20 horas, calle Libertad, 940.
“La ‘Casa de Madrid’ en Argentina tiene el agrado de invitarlo a la inauguración de la Exposición ‘Ópera Prima’ con Obras de los Alumnos de los Talleres de Plástica de la Institución, dictados por el Artista Plástico Carlos Pérez Villamil. Presentación a cargo de la Dra. María del Pilar Berzosa. Del 7 al 20 de noviembre de 2008. Visita, de lunes a viernes de 10 a 20 horas, calle Libertad, 940. Ciudad de Buenos Aires”. He ahí el amable tarjetón que me convida a participar en el arte pictórico porteño-matritense. Fue el día 7 de noviembre, al fervoroso calor cristiano de la Virgen de la Almudena, cuando tuvieron lugar diversos actos conmemorativos en la ‘Casa de Madrid’ en Argentina. El primero de ellos, una misa celebrada por el Padre Miguel Ángel Yabrando, con una nutrida asistencia de fieles. Seguidamente, la esperada apertura de la muestra bajo la tutela pedagógica del reconocido artista Carlos Pérez Villamil, escenoarquitecto y Profesor de Artes Visuales, Instituto Teatro Colón de Buenos Aires, egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes P. Pueyrredón. La presentación de tales trabajos –agavillados por el título ‘Ópera Prima’– corrió a cargo del Sr. Presidente de la Institución Ramón Carballo Tudela, acompañado por el vicepresidente Roberto Mosquera y demás autoridades.
“Quedó el público admirado por la calidad de los cuadros, ejecutados por personas que se iniciaban en esta especialidad artística y de edades totalmente disímiles, pero dotados todos de condiciones que el maestro Pérez Villamil supo descubrir, brindándoles los medios para expresar sus emociones con los pinceles y los colores”, escribió acerca de la Exposición Lily Sosa de Newton, ensayista, biógrafa e historiadora de la mujer, descollante figura intelectual del cosmos porteño. Porque, en efecto, han sido diferentes tanto los motivos como los procedimientos artísticos, con muy autóctonas inspiraciones. Ante los muros del elegante salón donde los cuadros se exhibieron, el público se sintió dichoso merced a la labor amorosamente realizada por el Profesor y sus alumnos. El maestro asimismo acompañó a sus alumnos con la contemplación de sus propios cuadros, evocando al mismo tiempo aquel segmento vital en que le cupo balbucear y enfrentarse a la valoración del espectador y del crítico. “Los alumnos, un grupo muy heterogéneo integrado por personas que van desde una niña de 9 años a una mujer de 82”, expresó María del Pilar Berzosa, docente, periodista y escritora. También intervino, como anfitriona, la señora Marta Rey Císter. Y la música –¿cómo podría faltar una fiesta hispana?– estuvo en la voz y el canto de Rocío del Cielo y José González Cubas, ambos de los teatros Colón y Avenida.
“Creo haber logrado motivar y movilizar los sentimientos más profundos de cada una de las personas que participaron”, manifestó Carlos Pérez Villamil, agregando: “Cada persona posee un archivo de vivencias que nos permite fantasear con la memoria emotiva. Recreando estos recuerdos, manejamos la realidad o la loca esperanza de haber estado en un lugar que jamás conocimos. En cada una de estas obras hay mucho amor, horas de soledad y silencio que pretenden transformarse en la mejor medicina para el alma”. Fiesta de la Almudena: la que rememora aquella imagen de la Virgen de la Vega, escondida, ante la invasión sarracena a principios del siglo VIII, en la muralla romana del pequeño Magerit, antiguo nombre de Madrid, riberas del Manzanares, poetizada por el célebre Poema histórico del gran Félix Lope de Vega y Carpio.
“Quedó el público admirado por la calidad de los cuadros, ejecutados por personas que se iniciaban en esta especialidad artística y de edades totalmente disímiles, pero dotados todos de condiciones que el maestro Pérez Villamil supo descubrir, brindándoles los medios para expresar sus emociones con los pinceles y los colores”, escribió acerca de la Exposición Lily Sosa de Newton, ensayista, biógrafa e historiadora de la mujer, descollante figura intelectual del cosmos porteño. Porque, en efecto, han sido diferentes tanto los motivos como los procedimientos artísticos, con muy autóctonas inspiraciones. Ante los muros del elegante salón donde los cuadros se exhibieron, el público se sintió dichoso merced a la labor amorosamente realizada por el Profesor y sus alumnos. El maestro asimismo acompañó a sus alumnos con la contemplación de sus propios cuadros, evocando al mismo tiempo aquel segmento vital en que le cupo balbucear y enfrentarse a la valoración del espectador y del crítico. “Los alumnos, un grupo muy heterogéneo integrado por personas que van desde una niña de 9 años a una mujer de 82”, expresó María del Pilar Berzosa, docente, periodista y escritora. También intervino, como anfitriona, la señora Marta Rey Císter. Y la música –¿cómo podría faltar una fiesta hispana?– estuvo en la voz y el canto de Rocío del Cielo y José González Cubas, ambos de los teatros Colón y Avenida.
“Creo haber logrado motivar y movilizar los sentimientos más profundos de cada una de las personas que participaron”, manifestó Carlos Pérez Villamil, agregando: “Cada persona posee un archivo de vivencias que nos permite fantasear con la memoria emotiva. Recreando estos recuerdos, manejamos la realidad o la loca esperanza de haber estado en un lugar que jamás conocimos. En cada una de estas obras hay mucho amor, horas de soledad y silencio que pretenden transformarse en la mejor medicina para el alma”. Fiesta de la Almudena: la que rememora aquella imagen de la Virgen de la Vega, escondida, ante la invasión sarracena a principios del siglo VIII, en la muralla romana del pequeño Magerit, antiguo nombre de Madrid, riberas del Manzanares, poetizada por el célebre Poema histórico del gran Félix Lope de Vega y Carpio.