Opinión

Caixa Galicia está quebrada

Paso todos los días por la Escuela de Negocios de Caixa Galicia, ahora rebautizada como Novacaixagalicia (NCG). También frente al edificio de la Fundación Caixa Galicia que el rey inauguró con mucha pompa y circunstancia. Un edificio ostentoso y caro en el que la cultura es un espectáculo y un simple objeto de consumo.De esa Escuela de Negocios saldrán los futuros saqueadores de bancos, empresas y de los más variados tinglados.
Caixa Galicia está quebrada
Paso todos los días por la Escuela de Negocios de Caixa Galicia, ahora rebautizada como Novacaixagalicia (NCG). También frente al edificio de la Fundación Caixa Galicia que el rey inauguró con mucha pompa y circunstancia. Un edificio ostentoso y caro en el que la cultura es un espectáculo y un simple objeto de consumo.
De esa Escuela de Negocios saldrán los futuros saqueadores de bancos, empresas y de los más variados tinglados. ¿Imaginan una escuela de alta cocina en un Mac Donald’s? Pues algo así es esta Escuela de Negocios, la entidad que le da nombre quebró por los malos manejos de sus directivos, que según lo que vemos poseen una moral muy laxa, y no rindieron cuentas ante nadie. Hasta 2005 en Caixa Galicia era normal invitar cada año a los consejeros y a sus familias a un viaje de lujo por el extranjero de varios días. En los últimos años, con la peregrina excusa de comprobar el mercado para abrir una sucursal en Brasil o Miami, ejecutivos de Caixa Galicia fueron y vinieron varias veces sin que abrieran nada. La entidad que era y es pública se gastó 8,5 millones de euros en comprar la isla gallega de Sálvora, regalándola después a la Xunta.
Su ex presidente, José Luis Méndez, que en la actualidad es el presidente de la Fundación Caixa Galicia, enchufó a sus dos hijos y consiguió una indemnización de más de 11 millones de euros por abandonar la presidencia antes de los 70 años y otras dos indemnizaciones millonarias para cada uno de sus hijos que renunciaron porque papá ya no estaba mandando.
Pero el país de los 5 millones de desempleados y los cientos de desahucios diarios por impago de las hipotecas tiene dinero suficiente para mantener a todos estos ‘brillantes’ ejecutivos. No olvidemos que sus salarios, sus indemnizaciones, sus viajes y su tren de vida se lo deben a una entidad pública, de todos, como era Caixa Galicia. No hace falta ir a Iberoamérica, por mucho que les pese a los españoles, para saber lo que es un mangante.