Opinión

El arte de la foto

Cuando la foto es sólo documento, no se transforma en arte. La foto es arte cuando va más allá del documento, del mero reflejo de la realidad. Lo que la verdadera foto de arte nos muestra es algo que descubre, algo que se muestra y que nos muestra. Después de todo, algo muy similar ocurre con nuestros propios ojos, con nuestra propia mirada.
Cuando la foto es sólo documento, no se transforma en arte. La foto es arte cuando va más allá del documento, del mero reflejo de la realidad. Lo que la verdadera foto de arte nos muestra es algo que descubre, algo que se muestra y que nos muestra.
Después de todo, algo muy similar ocurre con nuestros propios ojos, con nuestra propia mirada. Lo que solemos visualizar todos los días, lo que estamos acostumbrados a ver, a cada rato, es muy probable que nos pase desapercibido. O que sólo veamos lo que queremos ver.
En cambio, el arte, en cualquiera de sus formas, sigan siendo manuales o hayan adoptados ya los nuevos artilugios mecánicos, nos muestra un mundo nuevo en nuestro propio mundo, nos hace ver. Y como bien dijo el gran filósofo francés Maurice Merleau Ponty: “No se ve sino lo que se mira”. Así, ante la foto y ante el mundo, sólo llegaremos a ver aquello que seamos capaces de mirar.
En las calles de nuestro propio entorno, en los rincones más transitados y habituales, en nuestra propia casa, algo nos espera para revelarse, para mostrarse y, al hacerlo, revelarnos y mostrarnos a nosotros mismos. Por eso la fotografía llegó a ser arte, un gran arte, con su propio lenguaje expresivo y con su propia intensidad reveladora. Animémonos a crecer y enriquecernos con lo que nos muestra de nuevo, viviente, vívido, revelador, en las imágenes logradas a nuestro propio alrededor.
Como suele ocurrir, usualmente, la etimología de las palabras no deja de revelarnos dimensiones mucho más hondas de las que aparenta el simple uso cotidiano. En el caso del término fotografía, que suele emplearse apenas con un mero criterio técnico, sus orígenes derivan del griego photós graphein y podrían traducirse como “escribir con luz”, sin duda una magnífica metáfora.