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Si el siglo XX fue el de la emigración, el XXI deberá ser el del retorno. La idea, lejos de plantearse como un tema baladí, está siendo fortalecida por la Xunta con un conjunto de medidas orientadas a favorecer el regreso a su tierra de los gallegos y sus descendientes, entre las que destacan las becas BEME y las ayudas extraordinarias y al autoempleo como parte del desarrollo de la ‘Estratexia Retorna’. Para desarrollar sus programas, la Secretaría Xeral de Emigración contó con un presupuesto de 45 millones de euros durante la X Legislatura, lo que supuso un incremento del 50% con respecto a la anterior. De los 8,7 millones de 2017, se pasó a 10,48 millones en 2018, 12,4 millones en 2019 y 13,5 millones en 2020.
Diversas son las razones que subyacen detrás de las políticas de la Xunta en materia migratoria. La primera podría deducirse de la deuda impagable de Galicia con los que se han visto obligados a abandonar su lugar de origen para abrirse camino en el exterior, adaptándose a otras culturas. Una segunda, y no de menor peso, alude a la necesidad de implementar iniciativas que amortigüen el descenso poblacional en una comunidad autónoma que reconoce en los bajos niveles demográficos un problema del presente y lo vislumbra como un hándicap a superar en el futuro.
La economía es el motor que favorece el desarrollo en cualquier espacio, sea ciudad, país o comunidad autónoma. Tanto es así que, en base a la economía, se pueden mejorar las condiciones de vida de la población y lograr su prosperidad, pilares sobre los que se asientan las sociedades modernas. Pero la economía depende en buena medida de la iniciativa personal o colectiva para crear negocios o empresas que reporten dinero a título privado o en forma de impuestos, lo que, de alguna manera, redunda en el bien común. Cuantos más negocios y empresas se creen, más dinero se generará y a mayor consumo (responsable), mayor riqueza.
Retornar implica un riesgo que no todo el mundo está dispuesto a asumir. Algunos simplemente se lo plantean como una posibilidad, pero solo unos pocos llegan a materializar la idea aun a costa de someterse a un periodo de incertidumbre tras el cual, y a ese clavo se agarran, despertarán a un futuro mejor, más próspero, más acorde con sus sueños y su ideal de vida.