Si quiere recibir información actualizada de Crónicas de la Emigración, envíenos su correo electrónico.
Suscribirse al boletín
Creadas para atender las necesidades de los gallegos mayores y para recuperar el sentimiento de ‘galeguidade’ de la colectividad, numerosas coordinadoras gallegas en Cuba se ocupan de distribuir entre sus asociados las ayudas que una vez al año les llegan de la Xunta. ‘Galicia en el Mundo’ ha hablado con los responsables de todas estas coordinadoras.
Creadas para atender las necesidades de los gallegos mayores y para recuperar el sentimiento de ‘galeguidade’ de la colectividad, numerosas coordinadoras gallegas en Cuba –algunas, con antigüedades que se remontan hasta un cuarto de siglo atrás– se ocupan de distribuir entre sus asociados las ayudas que una vez al año les llegan de la Xunta.
“Gratitud” es la expresión generalizada de los gallegos en la provincia de Las Tunas cuando reciben las ayudas de la Xunta. “Usted no sabe con que gratitud y humildad las reciben”, asegura la coordinadora de Hijos de Galicia en Las Tunas, Migdalia García, cuando se le pregunta por el sentir de la diáspora gallega ante una decisión administrativa que se viene repitiendo desde hace años para paliar, en parte, las carencias de los mayores de origen gallego asentados en la isla.
Alrededor de 66 personas de origen gallego recibieron en la provincia cubana de Pinar del Río las ayudas de la Xunta para colaborar con este colectivo. De su distribución, una vez realizadas las solicitudes y confirmada la concesión, se encarga Higinia Valera Gutiérrez, hija de José María, un gallego de San Cosme (Lugo), quien emigró al país caribeño desde el puerto de Santander y nunca renunció a su condición de ciudadano español.
Jubilados, amas de casa y enfermos constituyen el grupo de gallegos en Cuba que perciben las ayudas que cada año concede la Xunta. En Granma, alrededor de 200 personas, del total de 400 originarios de la comunidad autónoma en esa provincia se benefician de las cantidades destinadas para tal fin y “algunos lloran de alegría” cada vez que las reciben, confiesa el coordinador en la zona, Gilberto Pérez Rey.
Puebla de Brollón, en Monforte de Lemos (Lugo), vio partir rumbo a América, allá por los años veinte, a muchos de sus habitantes, deseosos de abrirse camino en el exterior, habida cuenta de las dificultades para hacerlo en una región como Galicia, castigada en aquellos tiempos por el hambre y las condiciones adversas.
Después de más de 30 años como coordinador de la Peña Gallega de Camagüey, Pedro Valentín Cruz continúa trabajando con entusiasmo en favor de los gallegos y españoles en su zona de influencia. Viceconsejero honorario de España en Camagüey, Ciego de Ávila y Las Tunas, los 18.000 españoles asentados en esas tres circunscripciones del interior de Cuba cuentan con su colaboración para atender a sus demandas, así como los 3.200 gallegos de Camagüey, que este año ya presentaron a la Xunta un total de 743 solicitudes de ayuda.
La Asociación de Amistad Cubano-Gallega de Santiago de Cuba lleva 25 años ocupándose de la situación de los gallegos mayores en la isla caribeña. Su coordinadora, Josefina Diego Castro, hija de asturiano y de gallega (de Boborás-Ourense), se muestra especialmente agradecida por las ayudas que la Xunta de Galicia destina cada año a los mayores con ascendencia gallega en la Isla.
La situación por la que atraviesan muchos mayores de origen gallego residentes en la isla de Cuba hace que los que cada año reciben las ayudas de la Xunta de Galicia se muestren agradecidos por esas aportaciones. Así lo expresa a ‘Galicia en el Mundo’ la persona que se encarga de distribuir esas cuantías económicas en Ciego de Ávila, Luisa Winifred Moreno, hija y nieta de gallegas, de Trasmirás (Ourense).
La provincia de Matanzas, la segunda en extensión en Cuba, después de La Habana, cuenta en la actualidad con más de 620 descendientes de gallegos que se benefician de las ayudas que destina la Xunta para colaborar con este colectivo residente en el país caribeño.
La Comunidad Gallega de Holguín llegó a contabilizar 1.400 asociados. Hoy quedan 400 –sólo tres son nativos– que, en su mayoría, reciben anualmente una cuantía económica de la Xunta que ronda los 200 euros y que utilizan sobre todo para adquirir alimentos de primera necesidad, dice el coordinador de la asociación, Ronald Pérez.