Consejera general por Brasil en el Pleno del CGCEE del pasado mes de junio

Amanda Barrio: “El voto rogado nos quita el sueño y para solucionarlo hay que dar el primer paso”

El problema del voto rogado “nos quita el sueño”. “Los políticos discuten y dicen que se va a derogar la ley, pero ahí está”. Y “nosotros queremos votar. En Brasil, el voto es obligado; en España, no, y hay gente que no vota, pero yo, desde el otro lado del mundo, quiero votar”. Con esta reivindicación exponía Amanda Barrio, consejera general por Brasil, la mayor preocupación de los españoles en Santos, respecto a los problemas que atañen a la diáspora.

Amanda Barrio: “El voto rogado nos quita el sueño y para solucionarlo hay que dar el primer paso”
Brasil-Amanda Barrio
Amanda Barrio, consejera general por Brasil, en el reciente Pleno del CGCEE.

El problema del voto rogado “nos quita el sueño”. “Los políticos discuten y dicen que se va a derogar la ley, pero ahí está”. Y “nosotros queremos votar. En Brasil, el voto es obligado; en España, no, y hay gente que no vota, pero yo, desde el otro lado del mundo, quiero votar”. Con esta reivindicación exponía Amanda Barrio, consejera general por Brasil, la mayor preocupación de los españoles en Santos –ciudad a 70 kilómetros de São Paulo–, respecto a los problemas que atañen a la diáspora. Hija de emigrantes gallegos –“de una aldea de Verín”, asegura–, Amanda vivió el pasado mes de junio en Madrid su primera experiencia como integrante del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE).

Pregunta. ¿Qué destacaría del pleno en el que se estrenó como consejera?

Respuesta. Yo trabajo con políticos en la Asamblea de São Paulo, soy periodista y jefa de prensa de un diputado de São Paulo, y comprendo que las cosas van despacio, pero el problema es que, para solucionar nuestros asuntos, no se ha dado el primer paso. Hay que dar el primer paso. Sabemos que se tardará, pero si no empezamos, no tendremos nunca resultados. En el pleno se hacen las propuestas, la gente dice que está de acuerdo, pero hay que ser efectivos.

P. ¿En qué cuestiones centra usted los problemas de la emigración en Brasil?

R. En el voto rogado, que nos quita el sueño, y en la obtención de la nacionalidad. Hay hijos de españoles en el exterior que tienen la nacionalidad y otros, no. Por ejemplo, los que no fueron a firmar conforme la querían conservar al alcanzar la mayoría de edad, que la han perdido, y es importante que la recuperen. En nuestro caso, reclamamos también que se instauren los viajes del Imserso, porque la gente pregunta por ellos.

P. ¿Cree que el cambio de gobierno puede ayudar a que sus reivindicaciones se hagan realidad?

R. El cambio de gobierno es una oportunidad. Somos casi 2,5 millones de españoles en el exterior que queremos votar. Tenemos ese derecho y queremos ejercerlo y esta gente que ha llegado ahora tiene toda la oportunidad de contribuir a que se haga realidad. Porque yo pido mi voto, espero que llegue y cuando llegue ya ha pasado el tiempo, y así no puede ser.

P. ¿Qué le han parecido las intervenciones de los nuevos responsables de emigración del Gobierno central? ¿Le han convencido?

R. Fueron unas comparecencias muy políticas y eso no me gustó. Los representantes del Gobierno tenían que estar ahí con nosotros, porque venimos de todas las partes del mundo y nos reunimos una vez al año, y ellos tienen que escuchar nuestros problemas. Llegaron con un discurso político y se fueron. Nosotros queremos hablar y que nos escuchen. Comprendo que su nombramiento era muy reciente, pero nosotros estábamos allí para que nos escucharan y no lo hicieron.

P. ¿Cómo comenzó su vinculación con la colectividad?

R. Vivía muy cerca del Centro Español de Santos. Soy hija de gallegos y me crié con la colectividad. Llegaba del colegio y me involucraba en las clases de baile. Fui directora cultural del Centro Español y hacía los periódicos de la colectividad.

P. ¿Sus padres se instalaron en Santos una vez que abandonaron Galicia?

R. Sí. Mis padres eran de una aldea de Verín y se conocieron en Brasil. Mi padre se dedicó al comercio y la restauración.

P. ¿Cómo es la situación de los españoles en Santos?

R. La gran mayoría está muy bien; su situación, en general, es buena. Algunos necesitan de asistencia social y para ello funcionan dos instituciones en São Paulo y Santos, llamadas Rosalía de Castro las dos, que los auxilian y los cuidan. También hay personas que están en una residencia asistida durante el día y por la noche vuelven a sus casas, pero se puede decir que es un porcentaje menor el que necesita cualquier tipo de ayuda.

P. ¿Le gustaría vivir en España?

R. Nosotros tenemos a España en nuestro corazón; la España que nos han inculcado nuestros padres, y volver es un sueño de los emigrantes, pero aquí también hay problemas para instalarse. Nosotros vivimos en Sudamérica y España es una maravilla. En Brasil, los estudios están fatal, hay clases con 50 alumnos y no se puede repetir curso, con lo cual la gente sube de nivel pero sin estudios. Además, también hay mucha inseguridad. Cuando salgo de casa, no sé si volveré y eso que vivo en Santos, que es una zona buena, pero ya me entraron a robar en casa y en el coche y eso crea mucha inseguridad. España es distinta. Yo camino con mi teléfono móvil y allá no puedo. También puedo caminar a las tres de la madrugada por las calles y allá no lo puedo hacer, porque tengo miedo.