El consejero de Cultura saliente de la Embajada en La Habana ha sido destinado a Irak

Ramón Molina afirma que Cuba “me ha dado la oportunidad de conocer mejor a España”

El consejero de Cultura saliente de la Embajada de España en Cuba, Ramón Molina, afirmó a ‘Crónicas de la Emigración’ que Cuba le ha dejado el buen recuerdo de “haber trabajo intensamente” en la Isla para “permitir que tanto cubanos como españoles se expresen en libertad”.

Ramón Molina afirma que Cuba “me ha dado la oportunidad de conocer mejor a España”
Molina –a la izda.–, junto a directivos de sociedades españolas en Cuba.

El consejero de Cultura saliente de la Embajada de España en Cuba, Ramón Molina, afirmó a ‘Crónicas de la Emigración’ que Cuba le ha dejado el buen recuerdo de “haber trabajo intensamente” en la Isla para “permitir que tanto cubanos como españoles se expresen en libertad”.

Pregunta. ¿Qué le deja a usted Cuba y que deja usted en la Isla en el trabajo cultural que ha desarrollado de una manera tan intensa en este tiempo que ha estado aquí?

Respuesta. Cuba me deja muchas cosas, pero sobre todo me deja haber tenido la oportunidad de vivir en un país que desde la infancia, desde que tenía tres o cuatro años, me era muy familiar. En mi familia, se hablaba siempre de Cuba y en cambio no sabía lo que era Madrid, no sabía lo que era París. No había oído hablar de muchísimas cosas pero de Cuba sí, porque Cuba formaba parte de la esencia de la historia de mi propia familia y eso me empujó a tener una obsesión por venir a Cuba.

Para mí como consejero cultural, fue cooperar con Cuba con el alma misma. Me interesaba justamente poder estar en contacto, con el ADN de un país único y extraordinario.

¿Que he dejado yo? No haber estropeado nada de lo bien hecho y contribuir a la consolidación de ese matrimonio. Muchas veces, en broma, digo que Cuba y España son lo más parecido a un matrimonio, que unas veces hacen las cosas bien, otras veces se pelean y otras veces están al borde del divorcio.

Ese tipo de matrimonio (Cuba y España) es una suma de complicidades, de proyectos, de una trayectoria común y voluntad en común de proseguir esa trayectoria. Mi contribución fue a que ese matrimonio se haya consolidado con más fuentes de colaboración, de diálogo, incluso de desacuerdo.

Yo tengo que decir con toda honestidad que, desde el punto de vista profesional, un consejero cultural es básicamente una figura por la que fluyen las tremendas relaciones culturales que funcionan de forma espontánea (entre los dos países). Uno llega a la conclusión de que su trabajo sólo consiste, básicamente, en intentar no estropear nada porque el intercambio, el puente entre Cuba y España, es tan intenso que realmente lo único que uno puede pretender es no estropear nada. Si yo no he estropeado nada, he cumplido mis funciones.

P. ¿Cuáles han sido sus aportes a la intelectualidad cubana, a la cultura cubana, porque ha hecho numerosas acciones en la cultura de Cuba?

R. Puedo decir que, modestamente, he intentado facilitar las vías a todos aquellos que tienen que ser protagonistas de la cultura para que lo sean, como los escritores, los académicos de diferentes ramas importantes y al intercambio cultural. Todos han podido trabajar sin verse perjudicados o condicionados por circunstancias que no son específicamente culturales.

La cultura es como un instrumento esencialmente político en el sentido más noble de la palabra para permitir que la cultura florezca y se desarrolle. Yo creo que mi aportación es no venir aquí a dar lecciones de nada a nadie, sino permitir que tanto cubanos como españoles se expresen en libertad, intercambien de forma libre todo aquello que pueden aportar y que de ello surja un producto único, nuevo, hispano-cubano que permita consolidar un bien común hecho a través de muchos años de contactos e intercambios y fortalecer las bases de cara al futuro.

P. Hay un alza en las relaciones culturales cubano-españolas. ¿Piensa usted que ese incremento es producto del equipo de trabajo con el que usted ha trabajado, con sus acciones concretas a través de informaciones o boletines, encuentros, conferencias y muchas más?

R. Yo te agradezco que pienses así. Sinceramente, como te decía antes, pienso que es lo máximo que uno puede hacer. Efectivamente, nosotros hemos intentado poner en marcha instrumentos que permitan que nuestro trabajo sea lo mejor conocido posible, como la puesta en marcha de una página web. La publicación de boletines, en los que se anuncian reportajes audiovisuales, escritos informando lo que se ha hecho a través de colaboraciones con instituciones cubanas para poder conseguir que existan foros de intercambio artístico intelectual y foros de formación para la gestión de la cultura. Realmente hemos intentado crear una arquitectura de difusión, de promoción, de formación, de facilitación de los contactos (hispano-cubanos). Yo espero que esos instrumentos continúen, se fortalezcan y que sean aprovechados, como lo han sido durante estos años.

P. También hay un despegue en la actividad de creación literaria, artística, audiovisual y también del pensamiento entre los españoles agrupados en diferentes comunidades asentados en Cuba y agrupados en sociedades de origen hispanas.

R. Creo que lo que mejor puede definir mi trabajo es la forma de empujar las cosas y de construir. Las sociedades son un instrumento valiosísimo que trabajan en primer lugar como plataforma de la cultura española en Cuba al servicio de aquellos que dejaron España, pero también sirven, y son muy valiosos, en el sentido de trabajar como plataforma de la cultura española en su proyección en Cuba. Desde mi punto de vista, si uno tiene unos instrumentos hay que ponerse a disposición de esas sociedades para realmente ver cómo se puede colaborar para que ellos puedan hacer su trabajo lo mejor posible siguiendo sus fines. Como consejero cultural, tengo el mismo fin que ellos para proyectar la cultura española en Cuba. Si perseguimos lo mismo, lo lógico es que trabajemos juntos para multiplicar las capacidades de cada uno.

En ese sentido me parece que la existencia de las sociedades es fundamental. Y también lo es el apoyo que el Gobierno cubano le dé también a esas sociedades para que puedan seguir, se puedan fortalecer y puedan continuar esa labor  importantísima.

He mantenido un contacto muy estrecho con los responsables de las sociedades y tengo que decir que la acogida que recibí fue inmejorable. Sin su voluntad de trabajar conmigo hubiera sido imposible que hubiera podido desarrollar el trabajo que hemos hecho en Cuba. Estoy muy contento de lo que hemos hecho juntos con las sociedades y además creo que eso ha sentado unas bases que pueden aprovecharse de cara al futuro. Espero que eso sea así porque las sociedades, en las relaciones culturales entre España y Cuba, son instrumentos fundamentales.

P. ¿Cómo quisiera que le recordaran todas estas personas con las que ha tenido contacto, que han trabajado juntos, que vieron en usted una esperanza de hacer un proyecto, de tratar un tema?

R. Lo único que pido es que me recuerden de la misma forma en que les recordaré yo, porque les recordare como personas que me han dado mucho más de lo que les he dado. A mí Cuba me ha dado mucho cariño, me ha dado la oportunidad de conocer mejor a España, porque conociendo a Cuba uno conoce a España. Cuba es un país tremendamente hispánico y me han enseñado además que no por tener mucho se consigue más, sino que la solidaridad humana, la voluntad de ayudarse, la voluntad de hacer cosas juntos es realmente un motor que puede hacer milagros.

He vivido una experiencia a veces excepcional porque en un contexto de dificultades materiales muy considerables, (en Cuba) se han conseguido cosas que muy probablemente en otros contextos, sin la voluntad firme de trabajar, sin la voluntad firme de colaborar, sin ese sentido de la solidaridad, no hubieran sido posible.

He vivido en otras sociedades donde la gente con más recursos hacía menos cosas, tenían menos ambiciones, de formarse, de crear, de realmente llevar a cabo actividades para el crecimiento personal, y sobre todo en el crecimiento colectivo. En ese sentido quisiera subrayar que, desde que llegué, intenté implicarme en el apoyo y la promoción de proyectos comunitarios que a mí me parece que es un fenómeno extraordinario porque traduce la cultura allí donde la cultura pertenece a la gente del pueblo. Cuba me ha enseñado a través de la cultura de la gente de todos los días lo importante que es el trabajo que podemos hacer para la sociedad. Me satisface mucho que los niños van a escuelas de baile, a otros centros de formación, no sólo en La Habana, sino en otros lugares.

Cuba me ha aportado poder comprobar que el país va mucho más allá de La Habana. Yo he podido recorrer toda Cuba haciendo actividades en muy diversos lugares. Quiero recordar por ejemplo la celebración de los 500 años de la fundación de Baracoa y realmente he descubierto que más allá de La Habana hay un potencial cultural, una voluntad de crecer, de hacer cosas, de estar presentes en actividades culturales notable.

P. ¿Cómo enfocará su trabajo en Bagdad?

R. Irak ha sido un país que ha sufrido mucho. Ha sufrido guerra, ha sufrido ocupaciones, ha sufrido embargos en los últimos años, pero también sé que Irak, Mesopotamia, es un lugar de gran tradición. Es la cuna de nuestra civilización y ahora es un lugar con el que hay que colaborar para reconstruirlo.

Significa que hay que ayudar primero a la convivencia. Segundo, ayudar al fortalecimiento institucional; y tercero, ayudar a que la gente recupere un mínimo de bienestar.

Es un momento para construir en Irak, y España será un país que ayudará a construir y a reconstruir ese país. En ese sentido, creo que para mí es un reto importante. Allí no viven muchos españoles pero sí hay un número creciente de españoles trabajando con empresas que están llevando a cabo proyectos en el petróleo, las construcciones de viviendas, el sector energético, incluso tenemos un proyecto muy importante  de recuperación del centro histórico de Bagdad.

Uno de mis objetivos fundamentales en la colaboración con Irak es intentar proyectar su imagen de la forma más fiel posible. Por las escasas informaciones que tenemos de Irak sólo nos llegan las noticias negativas, que si una bomba por aquí, que si un desastre por allí. Lo que hay que hacer es reconstruir el país en sí y la imagen de ese país.  En eso voy a colaborar de la forma más entusiasta y modesta posible.