Opinión

Merkel y la ‘gran coalición’

Merkel y la ‘gran coalición’

El escenario postelectoral alemán tras los comicios generales de septiembre de 2017 parece anunciar este nuevo año la reedición de la ‘Gran Coalición’ entre conservadores (CDU) y socialdemócratas (SPD) que ya existió en el período 2005-2009, curiosamente el que llevó al poder a la actual canciller Ángela Merkel. 

Merkel se niega a un gobierno en minoría con su partido CDU. Tras meses de negociaciones, el líder del SPD, Martin Schulz, parece decantado a reeditar esta ‘gran coalición’ en aras de preservar la estabilidad política e institucional. Causa curiosidad que la reedición de la ‘gran coalición’ partiera del CSU, sucursal del CDU en la región de Baviera. Esto demostraría el gran peso político que supone el federalismo dentro del sistema político germano, un aspecto a tomar en cuenta ante las presiones autonomistas actualmente existentes en Europa. 

Pero la razón que lleva a Merkel y a Schulz a entenderse no es la crisis económica sino el ascenso del populismo de Alternativa por Alemania (AfD), que ya entró en el Parlamento alemán. Ambos se encomiendan a un pacto sin aparentes ‘líneas rojas’ de por medio con la pretensión de frenar cualquier posible arremetida de un AfD que ha hecho de la política migratoria su principal bastión. En el fondo, Merkel y Schulz saben que el futuro de Alemania y de Europa está íntimamente ligado, con lo cual un reforzamiento del populismo de derechas en Berlín a través de un gobierno débil en minoría del CDU supone un riesgo político de elevado nivel.

Como la ‘gran coalición’ con el SPD, Merkel espera hacer lo mismo a nivel europeo con el presidente francés Emmanuel Macron. El 2017 ya anunció la intención por reforzar el histórico eje franco-alemán en Bruselas, por lo cual el 2018 espera continuar con esta orientación que para Berlín y París resulta esencial a la hora de recuperar un proyecto europeísta sumido en la confusión. 

Merkel y Macron saben los retos a los cuales se enfrenta una Unión Europea que durante este año debe sopesar diversos acontecimientos. Desde los efectos de un Brexit ya pautado para 2019 hasta la irresolución del problema catalán, los comicios generales en Italia, la evidencia de una nueva presidencia para Vladimir Putin en Rusia y de los vaivenes en la relación transatlántica con Donald John Trump en la Casa Blanca. Por cierto, en noviembre de 2018, el ‘trumpismo’ en Washington tendrá un nuevo reto electoral con el ‘mid-term’ de elecciones legislativas, vitales para la estabilidad del gobierno.

Por tanto, Merkel quiere reflejar su ‘gran coalición’ tanto en Berlín como en Bruselas, París, Washington y Moscú. Será por tanto un año clave para Alemania y Europa.