La consejera por ese país se mostró preocupada por la situación de los mayores

Margarita Ros asegura que están trabajando para que “los jóvenes sean parte de la comunidad” en Australia

Nació en Madrid pero desde los cuatro años vive en Australia y por eso Margarita Ros, consejera por ese país en el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE), asegura que puede “entender las dos culturas”.

Margarita Ros asegura que están trabajando para que “los jóvenes sean parte de la comunidad” en Australia
Australia
Margarita Ros, tomando notas durante el Pleno del CGCEE.

Nació en Madrid pero desde los cuatro años vive en Australia y por eso Margarita Ros, consejera por ese país en el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE), asegura que puede “entender las dos culturas”.

Ros, que también es presidenta del Club Español, explica que en Australia hay dos colectivos de españoles perfectamente diferenciados. Por un lado, la gente mayor, un colectivo que actualmente ronda los 80 años, y por otro, los jóvenes que están llegando desde que estalló la crisis económica y que “trabajamos para que sean parte de la comunidad”.

La consejera por Australia siempre ha estado vinculada a la colectividad. Su padre, que fue consejero durante muchos años, le inculcó “la idea de trabajar para la comunidad”. “Yo tengo mucho amor a la cultura española y soy muy consciente de los problemas de los españoles porque los oigo también por mi padre”, asegura Ros.

“La situación ahora es muy diferente a hace cinco o seis años”, asegura Ros, quien comenta cómo la colectividad está envejeciendo. “La población española –asegura– es cada vez más mayor porque la emigración española paró en el año 63. Entonces, todos los programas eran para la gente mayor”. Según explica, hace unos años y con la crisis esto está cambiando “porque está llegando mucha gente joven pero son un grupo diferente”. “Para empezar –comenta– a ellos no les gusta que se les llame emigrantes porque piensan que van a volver a España”. Ros asegura que los jóvenes que van ahora a Australia tienen formación y “se creen que están en otro nivel” pero al llegar “ven que la vida no era como creían” y tienen que trabajar en puestos con menos cualificación de la que tienen.

“Los que van con trabajo es diferente –matiza–, pero el resto al llegar allí ven que compiten con australianos que hablan el idioma. Si ellos no tienen un nivel de idiomas bueno van a tener problemas”.

Ros explica que desde el CRE tratan de trabajar con los dos colectivos pero que los principales problemas los tiene actualmente el grupo de mayores “porque muchos están solos y aunque llevan años en Australia muchos todavía no hablan inglés y hay que pensar qué ayuda se les puede dar”.

Respecto a los jóvenes, están llevando a cabo una encuesta para conocer su perfil y así poder adecuar más los proyectos destinados a los jóvenes. “También queremos saber las preguntas que más hacen y algunas “nos sorprendieron porque son cosas que se pueden encontrar en internet pero hay que saber dónde buscarlas. Hay veces que lo que buscan es compartir la experiencia con gente que ya ha pasado por ahí”.

La consejera por Australia asegura que la formación del nuevo CRE responde a la realidad actual de la colectividad en el país, ya que está formado por gente que lleva mucho tiempo en Australia y por gente más joven y que lleva menos tiempo. “Hay que ser conscientes de las diferentes edades y que hay que trabajar con ambos colectivos”, dice Ros, quien comenta que en Australia está habiendo muchos problemas con las pensiones, las fe de vida y, como en el resto de países, con el voto rogado.

Respecto al CGCEE, Margarita Ros aseguró que todavía no podía valorar mucho el funcionamiento del Consejo porque el primero siempre es más de carácter organizativo, pero aún así “veo que hay contradicciones. Uno dice una cosa y otro otra pero no se aclara cuál es la realidad”, concluye Ros.