La entidad, próxima al centenario, recibe por primera vez a un presidente de la Xunta

José Agrelo agradece a Feijóo su visita al Centro Gallego de Comodoro Rivadavia, el más grande de la Patagonia

La visita de Alberto Núñez Feijóo a la Patagonia argentina para intensificar los lazos comerciales entre Galicia y el país austral en el terreno de la pesca tuvo como incentivo varios encuentros del presidente de la Xunta con los gallegos agrupados en torno a las instituciones de la colectividad en esa zona del cono sur americano, a donde no se había acercado nunca antes un presidente gallego, según confirma a ‘Galicia en el Mundo’ José Agrelo, presidente del Centro Gallego de Comodoro Rivadavia.

José Agrelo agradece a Feijóo su visita al Centro Gallego de Comodoro Rivadavia, el más grande de la Patagonia
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José Agrelo, junto con la directiva y miembros del Centro, durante la visita de la comitiva gallega, encabezada por Núñez Feijóo.

La visita de Alberto Núñez Feijóo a la Patagonia argentina para intensificar los lazos comerciales entre Galicia y el país austral en el terreno de la pesca tuvo como incentivo varios encuentros del presidente de la Xunta con los gallegos agrupados en torno a las instituciones de la colectividad en esa zona del cono sur americano, a donde no se había acercado nunca antes un presidente gallego, según confirma a ‘Galicia en el Mundo’ José Agrelo, presidente del Centro Gallego de Comodoro Rivadavia.

La entidad asociativa, “el centro más grande de la Patagonia”, según cuenta Agrelo, recibió el pasado martes la visita de Núñez Feijóo como parte de las actividades de carácter social con las que el presidente autonómico quiere complementar la agenda político-comercial que le trajo a Argentina.

Sobre las ocho de la tarde, el titular de la Xunta fue recibido en el Centro Gallego de Comodoro Rivadavia por su presidente, así como por el resto de autoridades de la entidad y por buena parte de los socios, que quisieron arropar al dirigente en su memorable visita a un lugar tan apartado del planeta, a donde nunca antes se había acercado un presidente gallego, pese a contar con una de las instituciones de la colectividad más antiguas.

El Centro Gallego de Comodoro Rivadavia cumplió el pasado mes de agosto 96 años en funcionamiento y, camino del centenario, ha invertido parte de sus ingresos en acondicionar las instalaciones, gracias, en parte, a las ayudas que recibe de la Administración gallega.

El dato fue resaltado por su presidente en el encuentro del pasado martes con Feijóo, a quien definió como una persona “muy amable” y agradeció la colaboración prestada, porque, “a veces –dijo–, cuesta mantener” estos espacios abiertos y en condiciones, y desde Galicia “todos los años mandan plata”.

En su recorrido por las instalaciones, Feijóo felicitó a los directivos de la entidad por las condiciones en que se encuentra el edificio, que acoge a los casi 400 socios que forman parte de la misma, de los cuales, alrededor de 110 son gallegos de primera generación. Asimismo, informó a los jóvenes de la posibilidad de obtener una beca para cursar estudios de postgrado, máster o Formación Profesional en cualquiera de las tres universidades gallegas.

Gallegos en Comodoro

Comodoro Rivadavia cuenta actualmente con una población nacida en Galicia en torno a las 300 o 400 personas –a los que hay que añadir los descendientes–, buena parte de los cuales desarrollaron su actividad laboral en el terreno de la pesca. Muchos de ellos llegaron al lugar a mediados del siglo pasado, procedentes de Ourense y Pontevedra – algunos ya eran personas vinculadas al mar, según Agrelo–, pero también los hubo que trabajaron en prospecciones petrolíferas.

Atraídos por las noticias que hablaban de prosperidad en la zona, entre los emigrados figuraba su padre, natural de la provincia de A Coruña, quien llegó a Comodoro a principios de los años 50 y trabajó manejando un remolcador. Junto a su madre, su abuela y sus hermanos, José Agrelo llegó más tarde al lugar y el panorama que se encontró era desolador. “No había nada”, cuenta. El clima, muy frío; las calles, de tierra, y un viento mezclado con tierra que duraba entre 10 y 15 días que “era insoportable”. José recuerda por entonces las lágrimas incesantes de su madre ante el panorama que se había abierto ante ella, que hacía que se sintiera “muy ahogada” y reclamaba regresar a Galicia cuanto antes.

Sin embargo, se quedaron en ese lugar tan inhóspito, donde “trabajo había en abundancia, pero no la riqueza que nos habían pintado”, confiesa. Eso sí, el gallego estaba muy bien considerado y, “en cuanto llegaba, lo agarraban para trabajar”, porque “sabían que el gallego era lo mejor que había”; “el gallego tenía fama de muy trabajador; trabajaba de sol a sol y lo querían por eso”, sentencia José.

Hoy en día, la situación del país mantiene a la población en total incertidumbre. “Este país está feo. Va a hacer dos meses que los chicos no van a clase; los profesores están en huelga porque no les pagan”, denuncia, al tiempo que añade: “Un país con petróleo, minería y pesca y que está tan mal… no se puede entender”.

José Agrelo elogia la iniciativa de Feijóo de visitar las pesqueras de la Patagonia, llegando incluso a Puerto Deseado, a 350 kilómetros de Comodoro, para contactar con los empresarios del sector, y valora su esfuerzo. “El lugar que ocupa, se lo merece, porque se preocupa por Galicia”. “Lo tienen que cuidar; un presidente que se mueve de esta manera es un presidente que se merece el lugar que ocupa”, sentenció Agrelo, quien espera que el presidente gallego pueda visitar la zona con más tiempo en otra ocasión para convidarlo a un “corderito patagónico”.